Unos experimentos realizados recientemente sugieren que bastantes de
los "granos de arena" que cubren la superficie de Titán, la luna más
grande de Saturno, están cargados eléctricamente. Cuando el viento sopla
lo bastante fuerte (aproximadamente 24 kilómetros por hora), las
gránulos de Titán que no son de silicatos son arrastrados y empiezan a
saltar. A medida que colisionan, quedan cargados por la fricción, como
un globo al ser fregado contra nuestro pelo, y se agrupan de una forma
que no se ha observado en los granos de arena de las dunas en la Tierra,
haciéndose resistentes a movimientos adicionales. Mantienen esa carga
durante días o meses cada vez, y se adhieren a partículas de otras
sustancias de hidrocarburos.
Esta imagen, que es un mosaico de fotos
distintas tomadas por la sonda Cassini de la NASA, muestra una vista
infrarroja de Titán. (Fotos: NASA/JPL)
Si reuniéramos montones de granos y construyéramos un castillo de
arena en Titán, probablemente mantendría su cohesión durante semanas
debido a sus propiedades electrostáticas. Este es el ejemplo que pone,
sobre el fenómeno, Josef Dufek, del Instituto Tecnológico de Georgia
(Georgia Tech) en Atlanta, Estados Unidos, y miembro del equipo de
investigación. “A cualquier nave espacial que aterrice en regiones de
material granulado en Titán le va a costar mantenerse limpia”, advierte.
Lo descubierto por el equipo de Dufek y Josh Méndez Harper sobre la
electrificación de la arena en Titán podría ayudar a explicar un
fenómeno extraño. Los vientos imperantes en esa luna de Saturno soplan
de este a oeste a través de la superficie, pero las dunas arenosas de
casi 100 metros de alto parecen formarse en la dirección opuesta.
Estas fuerzas electrostáticas incrementan los umbrales de fricción.
Esto hace que los granos sean tan pegajosos y cohesivos que solo pueden
moverlos vientos fuertes. Los vientos predominantes no lo son lo
bastante como para dar forma a las dunas.
NCYT
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