Un agujero negro gigante destrozó una estrella cercana y después continuó "alimentándose" de sus restos durante casi una década, según una nueva investigación. Este proceso de alimentación del agujero negro es más de 10 veces más largo que cualquier otro episodio conocido de destrucción de una estrella por un agujero negro.
Ilustración que muestra el caso, con
magnitud digna de récord, de alteración por marea gravitacional. De
color rojo vemos el material más caliente que cae hacia el agujero negro
y genera un claro destello de rayos X. El color azul muestra el viento
que sopla desde el material que se precipita. (Foto: CXC/M. Weiss; Rayos
X: NASA/CXC/UNH/D. Lin et al, Óptico: CFHT)
Valiéndose de datos de tres telescopios de rayos X en órbita, el
Chandra y el Swift, ambos de la NASA, y el XMM-Newton de la ESA, el
equipo de Dacheng Lin, de la Universidad de New Hampshire en la
localidad estadounidense de Durham, encontró pruebas de un caso muy
agudo de alteración por marea gravitacional. Las fuerzas de marea,
debido a la intensa gravedad del agujero negro, pueden destruir un
objeto, como una estrella, que deambule demasiado cerca. Durante un
suceso de alteración por marea gravitacional, parte de los escombros
estelares son desviados hacia fuera del sistema a alta velocidad,
mientras que el resto cae hacia el agujero negro. A medida que los
escombros capturados viajan hacia dentro, y son ingeridos por el agujero
negro, el material se calienta hasta alcanzar millones de grados y
genera una erupción evidente de rayos X, poco antes de cruzar el
horizonte de sucesos, la frontera más allá de la cual nada puede volver a
salir del espacio dominado por el agujero negro, ni siquiera la
radiación.
La fuente de rayos X alrededor de este agujero negro, conocido por su
nombre abreviado de XJ1500+0154, está situada en una pequeña galaxia a
unos 1.800 millones de años-luz de la Tierra.
Los datos de rayos X también indican que la radiación del material
que rodea a este agujero negro ha sobrepasado de forma sistemática el
llamado límite de Eddington, definido por el equilibrio entre la presión
de radiación hacia el exterior procedente del gas caliente y el tirón
hacia dentro de la gravedad del agujero negro.
La conclusión de que los agujeros negros supermasivos pueden crecer a
partir de casos de alteración de astros por marea gravitacional y
quizás por otros medios, a un ritmo por encima del correspondiente al
límite de Eddington, tiene importantes implicaciones para la
astrofísica. Ese rápido crecimiento podría explicar cómo pudieron los
agujeros negros supermasivos alcanzar masas unas mil millones de veces
superiores a la del Sol, cuando el universo, cuya edad es hoy de 13.800
millones de años, tenía solo mil millones.
NCYT


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