El astronauta John H. Glenn Jr. ha fallecido este 8 de diciembre a la
edad de 95 años en el estado que le vio nacer, Ohio (EE UU), según ha
anunciado la Facultad de Relaciones Públicas que lleva su nombre en la
Universidad Estatal de Ohio.
En 1962 Glenn se convirtió en el primer estadounidense en orbitar la
Tierra, y también el tercero en realizar un vuelo espacial (tras Alan
Shepard y Gus Grissom). Volvió al espacio en 1998 a la edad de 77 años,
siendo hasta ahora la persona de más edad en conseguirlo.
Además de astronauta, también fue piloto de combate durante la
Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea, así como senador por Ohio
durante un cuarto de siglo, desde 1974 a 1999. Este último año recibió,
junto a otros compañeros, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación
Internacional.
“Con la muerte de John, nuestra nación ha perdido un icono, y Michelle y yo hemos perdido a un amigo”, destaca en su página de Facebook el presidente Barack Obama. “Se pasó la vida rompiendo barreras, desde la defensa de nuestra libertad como condecorado piloto de combate de los marines, hasta establecer un récord de velocidad transcontinental, o llegar a ser el humano más mayor que 'toca' las estrellas”.
SINC
Obama y Trump se unen en el tributo al «héroe» John Glenn
El presidente y su sucesor homenajean al astronauta, una figura clave en la conquista del espacio y en la política estadounidense
Desde que el miércoles por la tarde se conoció la muerte del astronauta John Glenn, las redes sociales en EE.UU. se inundaron de una frase: «Godspeed, John Glenn». Es el mensaje escueto que le lanzó por radio un compañero astronauta, Scott Carpenter, momentos antes de que rugieran los motores del cohete que impulsó a Glenn hacia el espacio para convertirse en el primer astronauta estadounidense en orbital la Tierra. Su traducción literal es «velocidad de Dios» aunque en realidad es una expresión de buena fortuna, algo así como «vaya con Dios». En ese momento de la conquista espacial y en boca de Carpenter, parecía un juego de palabras acertado. Un hombre precipitado hacia el espacio, en la conquista de la última frontera, casi jugando a ser Dios, y, al mismo tiempo, en una misión de gran riesgo, en la que Glenn se jugó de verdad el pellejo. Todo el país siguió en directo el lanzamiento del astronauta al espacio, y el mensaje se convirtió en un icono inmediato.
«Godspeed, John Glenn», cerró también su recuerdo al astronauta fallecido Barack Obama. «El último de los primeros astronautas de EE.UU. ha muerto, pero, propulsados por su ejemplo, sabemos que nuestro futuro aquí en la Tierra nos obliga a seguir tratando de alcanzar los cielos», aseguró el presidente de EE.UU., para quien la figura de Glenn es un recordatorio de que «con coraje y espíritu de descubrimiento no hay límite para las alturas a las que podemos llegar juntos».
El homenaje a Glenn unió al presidente saliente con su sucesor en la Casa Blanca. Donald Trump acudió a Twitter para despedir al astronauta. «Hoy perdimos al gran pionero del aire y del espacio John Glenn. Fue un héroe e inspiró a generaciones de futuros exploradores. Le echaremos de menos», dijo del fallecido, que además de sus hitos espaciales fue piloto de combate en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Korea, estableció un récord de velocidad en vuelos trasatlánticos y tuvo una exitosa carrera en política, en la que representó a su estado de nacimiento (Ohio) por el partido demócrata en el Senado durante cuatro mandatos consecutivos. La muerte de Glenn sorprendió a Trump precisamente en Ohio, donde celebró un evento privado y donde utilizó el aeropuerto que lleva el nombre del astronauta.
Ayer se supo que el cuerpo de Glenn descansará en el cementerio militar de Arlington, en Virginia, y que las exequias se celebrarán en su estado.
Los recuerdos a su figura se propagaron entre la clase política, famosos o deportistas, pero tuvieron un sentimiento especial entre sus compañeros de traje blanco ignífugo. Varias generaciones de astronautas, en la Tierra y en el cielo, rindieron homenaje a Glenn. Buzz Aldrin, integrante de la misión espacial más famosa de la historia, la Apolo 11, y segundo hombre en pisar la Luna después de Neil Armstrong, se mostró «triste» por la pérdida de un «pionero del espacio e icono mundial».
El director de la NASA y exastronauta, Charles Bolden, reconoció que la labor de Glenn «ayudó a hacer posible todo lo que el programa espacial ha conseguido desde entonces y las misiones humanas a un asteroide y a Marte hacia las que nos encaminamos ahora».
Los hermanos gemelos y astronautas Mark y Scott Kelly -el segundo tiene el récord de días en el espacio para un estadounidense- aseguraron que conocer a Glenn y formarse junto a él para su última misión -volvió al espacio a los 77 años para convertirse en el hombre más mayor en hacerlo- fue como «ser un niño al que le dan una clase de música mientras Mozart compone en el cuarto de al lado».
«Su impacto se sentirá durante generaciones», dijo el astronauta Jack Fischer, que saldrá en una misión en marzo. Pero quien más cerca de Glenn estuvo en su recuerdo fue la astronauta Peggy Whitson. «Es una pérdida tremenda para nuestra nación y para el mundo», escribió por Twitter mientras orbitaba alrededor de la Tierra desde la Estación Espacial Internacional, igual que Glenn hizo en 1962, en un viaje en una cápsula rudimentaria que propulsó la conquista del espacio.
ABC
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