A simple vista, decir que una estrella es redonda, parece
una obviedad, pero si vamos al detalle, una estrella redonda es una
rareza. La semana pasada, el Instituto Max Planck para la investigación
del Sistema Solar y la Universidad de Gotinga anunciaron el hallazgo del
objeto natural más redondo que se conoce. Se trata de la estrella
Kepler 11145123, un objeto con un diámetro que dobla el de nuestro Sol y
se encuentra a 5.000 años luz de la Tierra.
Los cuerpos celestes, cuando rotan, se deforman ligeramente
y se achatan por los polos. La Tierra, por ejemplo, tiene un radio de
43 kiómetros más si se toma como referencia el ecuador que si se mide
por los polos. Una diferencia del 0,3%. En el caso de la estrella
analizada por los científicos de las instituciones alemanas, el radio
solo es 3 kilómetros mayor en el ecuador frente al millón y medio de
kilómetros de radio que tiene de media la estrella. Con una diferencia
del 0,0002% su redondez raya la perfección.
Una de las causas que pueden explicar la forma de este
astro es su lenta velocidad de rotación. Necesita 100 días para
completar un giro sobre sí misma frente a los 26 que requiere el Sol.
Esto, explican los astrónomos, puede deberse a su edad.
La lenta rotación no serviría para explicar la redondez de Kepler 11145123 y los autores del estudio, que se publica en Science Advances,
plantean que debe haber otras explicaciones, como la presencia de un
campo magnético en latitudes bajas que de una apariencia más esférica a
la estrella.
ELPAIS
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