Tal como otras galaxias espirales, la Vía Láctea se habría formado a partir de un disco de estrellas. Como consecuencia de las tormentosas fuerzas de ese nacimiento, en el centro se originó una barra plana la que con el tiempo habría colapsado para formar finalmente una X con barras gruesas y difusas. Eso es lo que decía la teoría, hasta ahora. Un equipo de investigadores encabezados por astrónomos del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica (IA) en Chile pudieron observar por qué se dibuja esa forma.
Las culpables serían un conjunto de estrellas que en vez de tener órbitas planas, describen en el espacio un movimiento con forma de arco. Debido al colapso de la barra original que se formó en el centro galáctico, habrían dos de ellos pero en sentido opuesto lo que daría forma finalmente a la estructura de X o la que muchos denominan de maní, aludiendo a la forma de la cáscara externa de éste.
“Las estrellas que hemos observado parecen estar moviéndose a lo largo de los brazos del bulbo en forma de X, ya que sus órbitas van de arriba hacia abajo y fuera del plano de la Vía Láctea”, dice Sergio Vásquez, estudiante de doctorado del IA y de la ESO, y líder del estudio. “¡Todo encaja perfectamente con las predicciones de los últimos modelos!”.
Las culpables serían un conjunto de estrellas que en vez de tener órbitas planas, describen en el espacio un movimiento con forma de arco. Debido al colapso de la barra original que se formó en el centro galáctico, habrían dos de ellos pero en sentido opuesto lo que daría forma finalmente a la estructura de X o la que muchos denominan de maní, aludiendo a la forma de la cáscara externa de éste.
“Las estrellas que hemos observado parecen estar moviéndose a lo largo de los brazos del bulbo en forma de X, ya que sus órbitas van de arriba hacia abajo y fuera del plano de la Vía Láctea”, dice Sergio Vásquez, estudiante de doctorado del IA y de la ESO, y líder del estudio. “¡Todo encaja perfectamente con las predicciones de los últimos modelos!”.
Esta expresión artística de la Vía Láctea muestra cómo en su centro se ve una estructura de X. (Crédito: ESO-NASA-JPL-Caltech M. Kornmesser R. Hurt)Vásquez y el equipo compararon imágenes obtenidas -con distintos telescopios de la ESO- hace once años con otras actuales. En ellas pudieron medir el movimiento en tres dimensiones de más de 400 estrellas de un determinado tipo. Se trata de astros que queman helio y que son bien conocidos por lo que se puede determinar con exactitud su distancia.
“Hasta el momento no sabíamos exactamente cómo se había formado nuestra galaxia y habían varias teorías distintas que trataban de explicarlo.
Como, por ejemplo, que se formó a partir de la unión de muchas galaxias chicas”, dice Manuela Zoccali, académica del IA y parte del equipo investigador. “Lo que logramos es comprobar observacionalmente -al conocer bien la forma y las órbitas de las estrellas estudiadas- lo que predecía una de ellas”, finalizó. (Fuente: UC/DICYT)
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