El rover Curiosity de la NASA ha encontrado nuevas evidencias de la existencia de agua líquida en Marte en el pasado. El vehículo ha logrado estas pruebas tras romper varias rocas y analizar la arenisca de la superficie del planeta.
En su camino al Monte Sharp, Curiosity se ha detenido a examinar algunas rocas situadas en un sector observado en primera instancia por una nave espacial en órbita. La región fue elegida porque podría proporcionar evidencia de cómo el agua juega un papel importante en la estratificación de las rocas en esta región, como así ha sido.
El vehículo "ha examinado guijarros, piedra y arenisca depositadas por el agua que, se supone, fluyó sobre la superficie, y las venas o fracturas en la roca", han indicado los responsables de la misión.
Curiosity aterrizó en el interior de Marte el cráter Gale en agosto de 2012 para determinar si el planeta rojo ha sido capaz de soportar vida microbiana en algún momento de su historia. El robot descubrió allí el principal objetivo de la misión, encontrando un lugar que fue realmente húmedo y habitable hace miles de millones de años.
En julio de este año, Curiosity comenzó su viaje hacia Sharp, el destino principal del rover desde antes de su lanzamiento. Los investigadores quieren subir el robot a través de las colinas de la montaña y estudiar sus muchas capas. A su juicio, esto dará pistas sobre los cambios en las condiciones ambientales del planeta rojo.
El equipo del rover también quiere entender la geología de la zona comprendida entre el cráter Gale y el monte Sharp. "Si un mismo flujo de fluido es el responsable de las venas en el monte y en el valle, es de esperar que estas tengan la misma composición", ha indicado uno de los actores, David Sumner.
"Si vemos que las venas son diferentes sabremos que la historia se complica y utilizaremos estas observaciones para reconstruir la historia a largo plazo", ha añadido.
Las muestras recogidas por Curiosity confirman la presencia de agua en Marte
Los instrumentos del rover Curiosity, que aterrizó en Marte en agosto de 2012, han permitido a los científicos recoger y analizar muestras de suelo y roca en el entorno del cráter Gale. Los resultados aparecen ahora en Science, donde cinco estudios ayudan a caracterizar la diversidad geológica marciana, además de confirmar la existencia de un elemento esencial para la vida: el agua.
"Uno de los resultados más interesantes que revela la primera muestra sólida tomada por Curiosity es el alto porcentaje de agua en el suelo", destaca Laurie Leshin, investigador del Instituto Politécnico Rensselaer (EEUU) y coordinador del primer equipo. “Cerca del 2% de la tierra en la superficie de Marte se compone de agua, lo que supone un gran recurso y es científicamente muy interesante".
Este grupo analizó materiales de la corteza marciana mediante pirólisis, una técnica en la que se calientan las muestras sin oxígeno para registrar qué gases liberan. El instrumento Sample Analysis at Mars (SAM) ha permitido detectar compuestos volátiles como el dióxido de carbono y oxígeno.
Por su parte, otro grupo liderado por el investigador Pierre-Yves Meslin desde la Universidad de Toulouse (Francia), ha disparado el láser del denominado ChemCam Remote Micro-Imager para identificar dos tipos de granos en el suelo, unos finos y otros gruesos.
“Los de grano grueso probablemente proceden de la alteración física de los conglomerados fluviales que se encuentran cerca del lugar de aterrizaje, y cuya composición (silicio, aluminio y compuestos alcalinos) nunca se había registrado en Marte”, explica a SINC Meslin.
Mosaico
de imágenes que retratan a Curiosity. (Foto: NASA)El investigador
destaca que el polvo y el grano fino –representativo de todo el suelo de
Marte por transporte eólico– es portador de hidrógeno, que se puede
relacionar o formar parte del H2O que han identificado las sondas que
orbitan el planeta rojo.
“Las evidencias experimentales confirmando la presencia de agua son siempre importantes, especialmente en relación con la habitabilidad pasada de Marte”, valora el geólogo planetario Jesús Martínez Frías, del Instituto de Geociencias (IGEO, CSIC-UCM), y miembro del equipo científico de la misión MSL que ha llevado a Curiosity al planeta rojo.
“Se confirman así los datos observados desde los orbitadores”, añade el geólogo, “aunque en relación con el agua, no se ha observado intercambio entre las composiciones del regolito –capa superficial– y la atmósfera”.
Otro de los hallazgos del rover ha sido el descubrimiento de un tipo de roca ígnea que nunca se había localizado en Marte. Su composición se asemeja mucho a la mugearita, que en la Tierra se encuentra en las islas y grandes fosas o rifts. Los científicos consideran que su procedencia es diferente a la de otras rocas marcianas.
Esto lo ha estudiado el grupo dirigido por el investigador E.M. Stolper del Instituto Tecnológico de California (EE UU) al utilizar por primera vez el espectrómetro de rayos X y partículas alfa de Curiosity. En concreto han analizado una roca piramidal bautizada como Jake_M en honor al ingeniero Jake Matijevic del laboratorio JPL.
"El proceso mediante el cual se forman estas rocas a menudo sugiere la presencia de agua bajo la superficie", de acuerdo con Martin Fisk, un geólogo marino de la Universidad Estatal de Oregon y coautor de varios de los trabajos.
"En la Tierra, tenemos una idea bastante buena de cómo se forman las mugearitas y otras rocas semejantes", dice Fisk. "Se inicia en el magma profundo cuando cristaliza en presencia de un 1% o 2% de agua. Los cristales se asientan fuera del magma y lo que no se cristaliza es la mugearita magmática, que eventualmente puede salir a la superficie en una erupción volcánica".
Los otros dos estudios que aparecen en Science analizan los limos y arenas del terreno arenoso Rocknest que ha recorrido el rover. Un equipo, liderado por el investigador David L. Bish de la Universidad de Indiana (EE UU), utilizó los datos de difracción del instrumento CheMin de rayos X para estimar el porcentaje de material basáltico cristalino magmático frente al material amorfo. Sus resultados sugieren que el 71% del material de Rocknest tiene un origen basáltico.
Sin embargo, otro estudio coordinado por el científico David F. Blake del centro de investigación Ames de la NASA, utilizando una técnica de rayos X diferente, sugiere que el componente basáltico es más bajo, alrededor del 55%. En cualquier caso, la composición general de este material es similar a la de otros limos y arenas que mueve el viento por toda la superficie marciana.
“En resumen, todos estos estudios enfatizan la relevancia y el éxito del laboratorio remoto multianalítico del Curiosity y su importancia para desentrañar la compleja historia geológica marciana, así como la geodiversidad ambiental y de procesos, a veces solapados en el espacio y en el tiempo”, concluye Martínez-Frías.
europapress
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