La materia oscura es uno de los mayores enigmas de la ciencia
moderna. Nadie sabe qué es, pero en cambio constituye la forma más
abundante de materia en el universo, más aún que la materia normal que
conocemos y de la que están hechos las estrellas, los planetas y los
demás astros.
La materia oscura, que hasta ahora nunca ha sido detectada de modo
directo y fehaciente, es invisible para las técnicas convencionales de
observación actualmente usadas, delatando su presencia solo a través de
la atracción gravitacional que ejerce sobre la materia visible. Sin la
materia oscura manteniéndola unida, las estrellas más rápidas de nuestra
galaxia y de otras se desperdigarían por todas direcciones.
El equipo de James Bateman, de la Universidad de Southampton en el
Reino Unido, ha propuesto una nueva partícula fundamental que podría
explicar por qué nadie ha conseguido detectar materia oscura.
La moderna física de partículas nos proporciona algunas pistas sobre
cómo podría ser la materia oscura, y la creencia mayoritaria en la
comunidad científica es que las partículas de este tipo de materia deben
tener una masa muy grande para lo que es una partícula fundamental. La
masa de una de estas partículas de materia oscura sería comparable a la
de un átomo pesado. Unas hipotéticas partículas de materia oscura más
ligeras han venido siendo consideradas como menos probables por razones
astrofísicas. Sin embargo, la nueva investigación identifica una
“ventana” de la física previamente desconocida donde podrían existir
(poseyendo unas determinadas características encajarían con lo permitido
por los modelos teóricos aceptados) y aporta algunas conclusiones
sorprendentes.
La partícula propuesta tiene una masa de solo un 0,02 por ciento de
la de un electrón. Si bien no interacciona con la luz, como así se
requiere para la materia oscura, sí lo hace de forma sorprendentemente
fuerte con la materia normal. En absoluto contraste con otras
candidatas, ni siquiera puede penetrar en la atmósfera terrestre. La
detección desde la superficie de la Tierra es pues casi imposible, de
manera que los investigadores tienen previsto realizar búsquedas
valiéndose de un experimento espacial planeado por el consorcio MAQRO,
con el cual ya están trabajando. Una nanopartícula, suspendida en el
espacio y expuesta directamente al flujo de materia oscura que se supone
circula sutilmente por él, será arrastrada, y la vigilancia minuciosa
de la posición de esta partícula revelará información sobre la
naturaleza de la partícula de materia oscura, si es que existe.
NCTY
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