Europa, una de las lunas de Júpiter, está llena de agua. Aunque sea un
cuerpo rocoso, está envuelto por una gruesa capa de agua – parte
congelada, formando una corteza de hielo, parte acumulada en lagos a
poca profundidad bajo la superficie o en charcas de aguanieve, y grandes
cantidades ocultas en un profundo océano subterráneo.
Esta imagen en falso color, tomada por la sonda Galileo de la NASA, muestra una región de la corteza de Europa conocida como Conamara Chaos.
Sus largas estrías entrecruzadas, grabadas sobre trozos irregulares de
hielo, constituyen un magnífico ejemplo de “terreno caótico” – un
relieve que podemos encontrar en Europa, Marte y Mercurio.
Aunque todavía no se sabe exactamente cómo se formaron estas
estructuras, en el caso de Europa los científicos tienen varias teorías.
Una hipótesis sugiere que son el resultado del impacto de objetos a
gran velocidad, que habrían perforado la frágil corteza de la luna. Como
Europa tiene una capa de fluido bajo su superficie, los fragmentos se
podrían mover con facilidad y congelarse de nuevo en una configuración
diferente, creando una textura fracturada con grandes cicatrices
talladas en las planicies de hielo.
Muchas regiones caóticas están rodeadas por pequeños cráteres de impacto. En el caso de Conamara Chaos,
hay un cráter de 26 kilómetros de diámetro a unos 1.000 km al sur,
conocido como Pwyll, y un puñado de cráteres más pequeños, de unos 500
metros de diámetro, desperdigados por toda la región, que podrían haber
sido formados por los fragmentos de hielo arrancados por el impacto que
creó el cráter Pwyll.
Otra teoría apunta al complejo sistema de lagos que se encuentra a poca
profundidad bajo la superficie de Europa. Estas masas de agua estarían
deformando la superficie desde abajo, generando esfuerzos que
fracturarían las finas capas de hielo que las cubren.
Esta región de Europa presenta un aspecto iridiscente en esta imagen de
falso color, que resalta las diferentes tonalidades de la zona. Los
tonos azules y blancos destacan frente a los ocres. Se piensa que estos
tintes podrían estar relacionados con la formación de Pwyll: el impacto
lanzó una capa de partículas de hielo que se depositaron sobre la
superficie de Conamara Chaos, coloreando el paisaje de azul
oscuro (las partículas más gruesas), azul claro (las intermedias) y
blanco (las más finas). Los tonos ocre se corresponden con las zonas en
las que el hielo quedó teñido por los minerales disueltos bajo su
superficie.
Aunque los astrónomos ya hayan estudiado esta luna minuciosamente, la
única forma de confirmar la estructura y la composición de Europa es
analizar su corteza e interior con una sonda espacial. La misión de la ESA JUICE
(siglas en inglés de ‘Explorador de las Lunas de Hielo de Júpiter’) ha
sido diseñada precisamente para llevar a cabo este estudio cuando llegue
al sistema joviano en el año 2030. Además de observar al propio
Júpiter, JUICE explorará y caracterizará tres de sus lunas que podrían
albergar vida: Ganimedes, Europa y Calisto. La misión ya está en
desarrollo, y avanza a buen ritmo de cara a su lanzamiento en 2022.
El norte se encuentra en la parte superior de la imagen, y el Sol
ilumina la región desde el lateral derecho. La fotografía está centrada
en 9°N 274°W y cubre un área de unos 70 x 30 kilómetros. Esta imagen es
una composición de los datos recogidos por la Cámara de Estado Sólido
(SSI) de Galileo en tres pasadas realizadas entre los años 1996 y 1997.
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