El rover captura en imágenes sus huellas y el paisaje que deja atrás a medida que supera un montículo de un metro en su camino hacia el Monte Sharp
Sin peligro de convertirse en una estatua de sal, el Curiosity, el último rover de la NASA en llegar a Marte, ha echado un vistazo atrás a medida que cruzaba una duna de un metro de altura, conocida como «Dingo Gap», en su camino hacia el lugar elegido como objetivo científico, el Monte Sharp. El vehículo explorador ha tomado una serie de nueve fotografías con su cámara trasera (Hazcam), instalada bajo su chasis, que proporciona una visión de gran angular. Las imágenes, en las que se aprecian sus huellas y el paisaje marciano, sirven para confirmar que, en efecto, al Curiosity no le para una trampa de arena.
El rover realizó este trayecto de 7 metros durante el día marciano o sol 535 de su trabajo en el Planeta rojo (6 de febrero 2014). En las primeras imágenes (pueden verse como una animación en el vídeo sobre estas líneas), la rueda delantera derecha del vehículo ya está en la cresta de la duna, con el rover todavía dirigiéndose hacia arriba. En las últimas tres fotografías de la serie, el rover ya rueda cuesta abajo.
Ruedas dañadas
Los científicos que dirigen al Curiosity desde Tierra le han hecho atravesar la suave «Dingo Gap» después de que detectaran un gran deterioro en las ruedas del vehículo causado por las rocas afiladas presentes en el camino por el que se desplazaba hasta ahora. Según explicaron los expertos, la acumulación de pinchazos y roturas en las ruedas se aceleró en el cuarto trimestre de 2013.
Ahora, el Curiosity se dirige hacia el suroeste del planeta por un terreno relativamente liso. La cúpula de color claro en el lado derecho del horizonte que se ve en las imágenes es parte del Monte de Sharp. En la montaña, en el centro del cráter Gale, los investigadores esperan encontrar evidencias acerca de cómo evolucionó el ambiente del Planeta rojo en el pasado, ya que está formada por restos de capas de sedimentos que alguna vez llenaron el cráter. No hay nada similar en la Tierra.
ABC.es
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