Después de un mes de girar alrededor de la Tierra, la sonda LADEE de la NASA alcanzó por fin su destino. El vehículo, situado en una órbita elíptica de 1.460 por 375.352 Km, sobrevoló nuestro planeta por última vez el 1 de octubre. El día 6, en el apogeo, se aproximó lo suficiente a la Luna y activó su motor, a las 10:57 UTC, lo que le permitió caer en las manos de la gravedad del satélite. Su primera órbita a su alrededor fue de 269 por 15.772 Km. El día 9, reactivó su motor para reducir la distancia máxima respecto a la superficie lunar hasta los 2.177 Km. Por fin, el día 12, un tercer encendido convertirá la órbita en circular (248 por 251 Km), desde donde podrá empezar a trabajar en el estudio de la atmósfera y el polvo lunares.
Al mismo tiempo, otra sonda de la NASA, esta vez en camino hacia Júpiter, ha superado una de sus principales etapas. Lanzada hace algo más de dos años, la Juno ha dado una vuelta alrededor del Sol y ha visitado de nuevo la Tierra, para efectuar una asistencia gravitatoria. El vehículo pasó a unos 552 Km de altitud, a las 19:21 UTC del 9 de octubre, lo que le ha permitido robar a nuestro planeta energía suficiente para aumentar su distancia respecto al Sol y situarse en ruta hacia su objetivo, donde llegará el 4 de julio de 2016. Allí permanecerá un año estudiando la atmósfera de Júpiter, más allá de las nubes del planeta gaseoso.
La Juno tenía previsto tomar algunas fotos de nuestro planeta, y calibrar algunos instrumentos. Sin embargo, tras el sobrevuelo, los controladores detectaron a la sonda en modo seguro. Se ha iniciado una investigación para concretar lo ocurrido. La asistencia se efectuó sin problemas, pero los ingenieros deberán estudiar lo que ha fallado y por qué. La Juno será sacada de su estado durante los próximos días, y enviará las imágenes y datos que haya podido capturar durante su visita a Tierra.
NCYT
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