Nunca veremos la cara oculta de la Luna. Al menos a simple vista y desde nuestro planeta. Y eso que hubo un tiempo, hace millones de años, en que sí fue posible.
La Luna es un pequeño satélite de la Tierra, que mira constantemente en torno al centro de la misma, y al 'caer' desde lejos lo que realmente hace es girar alrededor del planeta. Está muy cerca de nosotros y por ello hay interacción mutua entre Tierra-Luna.
Aquí la interacción produce mareas, allí sincroniza el giro. La Luna gira alrededor de su eje, y lo hace danto una vuelta completa sobre sí misma en el mismo tiempo que da una vuelta completa en torno a la Tierra. Si damos una vuelta a una mesa mirando siempre a su centro, daremos una vuelta alrededor de la mesa y una vuelta alrededor de nosotros mismos. La razón de estos dos giros sincronizados es la misma que la de la existencia de las mareas. Es la interacción gravitatoria constante entre Tierra y Luna.
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