Venus es un lugar dinámico y peculiar. Alrededor de nuestro planeta hermano soplan fuertes vientos que arrastran con ellos gruesas capas de nubes. De hecho, son tan rápidos que presentan lo que se conoce como ‘superrotación’: mientras que los vientos terrestres pueden desplazarse hasta a un quinto de la velocidad de rotación de nuestro planeta, los de Venus pueden viajar hasta 60 veces más rápido que el planeta.
La sonda Venus Express de la ESA, que orbitó el planeta entre 2006 y 2014, y otras misiones internacionales han realizado observaciones en lo profundo de estos vientos y nubes a lo largo de los últimos años, desvelando ciertos comportamientos llamativos.
La cara del planeta oculta al Sol resulta más misteriosa que la cara expuesta, pero lo que sabemos de ella es que presenta tipos, formas y dinámicas de nubes diferentes y nunca vistos hasta entonces, algunos de los cuales parecen estar asociados a fenómenos de la superficie.
Parece que la superrotación es más caótica en la cara nocturna que en la diurna, pero los responsables de los modelos climáticos siguen sin estar seguros del motivo. Las nubes de la cara nocturna también crean patrones y formas distintos a los que se encuentran en cualquier otro lugar: grandes, sinuosos e intermitentes, con patrones irregulares o filamentosos. Además, están dominados por las misteriosas ‘ondas estacionarias’, que se elevan en la atmósfera, no se mueven con la rotación del planeta y parecen concentrarse sobre regiones de la superficie de gran altitud y con pendientes pronunciadas. Esto sugeriría que la topografía venusiana podría afectar a lo que sucede en las capas de nubes que hay por encima.
Estas tres imágenes, tomadas por la cámara del espectro visible y de infrarrojos de Venus Express, muestran estos fenómenos nubosos con todo detalle: ondas estacionarias (izquierda), inestabilidades dinámicas (centro) y filamentos misteriosos (derecha).
esa
No hay comentarios