Se calcula que solo una de cada mil galaxias masivas es una reliquia
del Universo primitivo y conserva intactas las propiedades que tenía
cuando se formó hace miles de millones años. Por eso, cuando los
investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la
Universidad de La Laguna (ULL) (España) Michael Beasley e Ignacio
Trujillo localizaron esta rara avis, solicitaron tiempo de observación
con el Telescopio Espacial Hubble para observar los cúmulos globulares
que la rodeaban y así confirmar lo que ya proponían los datos que habían
logrado con telescopios terrestres.
Imagen a color del telescopio espacial
Hubble (HST) de la galaxia masiva reliquia NGC1277. La imagen se
construyó utilizando los filtros F475W, F625W y F850LP que cubren el
rango visible de la radiación. Los datos se obtuvieron con el programa
HST GO-14215 (cuyo investigador principal es Ignacio Trujillo). El campo
de visión que se muestra corresponde a una escala física de
aproximadamente 50000 x 35000 años luz. La imagen se ha escalado con una
intensidad logarítmica para facilitar ver las diferentes estructuras de
la galaxia. La gran mayoría de los puntos que se observan en la imagen
rodeando la galaxia son cúmulos globulares. (Crédito: Michael Beasley e
Ignacio Trujillo)
Los cúmulos globulares son agrupaciones de estrellas que flotan
alrededor de las galaxias y se formaron junto a éstas durante su
nacimiento. Existen dos tipos de poblaciones de cúmulos globulares: los
rojos, que nacen con las galaxias masivas, se encuentran cerca de su
centro y tienen un alto contenido de elementos más pesados que el Helio;
y los azules con menor porcentaje metálico y que se encuentran
alrededor de las galaxias masivas como consecuencia de haber absorbido
otras galaxias más pequeñas.
Analizar esos cúmulos facilita información sobre la historia de las
galaxias. Los resultados de la investigación que publica hoy Nature han
mostrado que la galaxia NGC 1277 solo posee los cúmulos globulares rojos
que se formaron con ella en su nacimiento. Desde entonces, se ha
mantenido inalterada. “Los cúmulos globulares son piezas muy sensibles
de la historia de formación de las galaxias”, explica Michael Beasley,
primer autor del artículo, quien también aclara que “es la primera vez
que se observa una galaxia tan masiva con tan pocos cúmulos azules”.
La galaxia NGC 1277 está compuesta por un millón de millones de
estrellas y recibe su nombre del Nuevo Catálogo General de Nebulosas y
Cúmulos de Estrellas. Se encuentra en el área central del Cúmulo de
Perseo, la mayor concentración de galaxias próxima a la Vía Láctea y su
cercanía, a 70 megaparsec (225 millones de años luz), la convierte en el
objeto ideal para analizar desde cerca una galaxia que ha permanecido
intacta desde las edades más tempranas del Universo. “La galaxia, NGC
1277, nos ofrece una oportunidad única para estudiar una galaxia
“primitiva” en el Universo Local”, añade Ignacio Trujillo, otro de los
autores del artículo.
Cuando esta galaxia nació, creaba 1.000 estrellas al año, mientras
que, por sus características, la Vía Láctea forma, en la actualidad,
solo una estrella al año.
El motivo por el que los investigadores piensan que esta galaxia
masiva ha mantenido su forma original y su composición intacta durante
todo este tiempo es porque se formó como satélite de la galaxia central
del cúmulo de Perseo, la cual absorbió cualquier material que podría
haber caído sobre NGC 1277 y provocado que hubiese evolucionado de otra
manera. Sin embargo, ahora orbita alrededor de esta a una velocidad de
1.000 kilómetros por segundo.
Los autores plantean pedir más tiempo del Telescopio Espacial Hubble,
y en su sucesor, el Telescopio Espacial James Webb, para observar los
sistemas de cúmulos globulares de más galaxias reliquias.
IAC
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