Unos científicos se han valido del robot Curiosity de la NASA, que 
explora la superficie de Marte desde 2012, para examinar bloques de roca
 cruzados por estrías poco profundas que probablemente se originaron 
como grietas en barro seco.
La red de pequeños polígonos en la 
superficie rocosa marciana cerca del borde derecho de esta imagen pudo 
originarse como grietas en barro seco hace más de 3.000 millones de 
años. (Foto: NASA/JPL-Caltech/MSSS) 
Si se confirma la hipótesis del barro marciano seco propuesta por el 
equipo que ha hecho el hallazgo, encabezado por Nathan Stein, del 
Instituto Tecnológico de California (Caltech) en la ciudad 
estadounidense de Pasadena, estaríamos ante las primeras grietas de 
fango (técnicamente llamadas grietas de desecación) identificadas de 
modo claro por la misión del Curiosity. Serían la prueba de que en la 
época en que se depositaron estos sedimentos hubo también un cierto 
secado tras condiciones más húmedas.
El Curiosity ya halló evidencias de antiguos lagos en capas de roca 
de más edad y en zonas más bajas, y también en minerales más jóvenes que
 se hallan a mayor altitud que el terreno ahora investigado.
La capa agrietada se formó hace más de 3.000 millones de años y fue 
posteriormente enterrada por otras capas de sedimento, convirtiéndose 
todas en roca estratificada. Más tarde, la erosión del viento arrancó 
las capas superiores de este terreno. El material que había llenado las 
grietas resistió mejor la erosión que el mineral a su alrededor, y por 
esa razón el patrón de las grietas aparece ahora en forma de estrías 
rugosas.
Si fueron efectivamente grietas en el barro, encajarían bien con lo 
que el Curiosity está descubriendo en la sección del Monte Sharp por la 
que durante muchos meses ha estado circulando el Curiosity, tal como 
apunta Ashwin Vasavada, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la 
NASA en Pasadena y miembro del equipo científico del Curiosity.
NCYT


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