El 67P/Churyumov-Gerasimenko, en el cual la sonda espacial Rosetta
aterrizó con éxito el 30 de septiembre de 2016, ha sido una ocasión
perfecta para estudiar a fondo a un cometa, un misterioso tipo de astro
de entre cuyas características la más sobresaliente es quizás la de
haber permanecido más inalterado desde su formación que cualquier otro a
nuestro alcance. Los cometas son, por tanto, reliquias del pasado
remoto de nuestro sistema solar, y, en algunos aspectos, sus
características constituyen una "caja negra" de cómo, cuándo y dónde se
formaron.
Panorama de un sector del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. (Foto: ESA/Rosetta/ NavCam. CC BY-SA IGO 3.0)
Usando computación científica y análisis estadístico, unos astrónomos
de la Universidad del Oeste de Ontario en Canadá han reconstruido la
posible historia orbital pasada del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko,
retrocediendo hasta su zona de origen.
Los resultados obtenidos por el equipo de Paul Wiegert y Mattia
Galiazzo son fruto de cálculos sobre la órbita del cometa desde el
presente hacia el pasado, lo cual es difícil desde el punto de vista
computacional debido al carácter caótico de la órbita, a consecuencia de
los encuentros cercanos del cometa con Júpiter. Pese a estas
dificultades, el equipo ha conseguido determinar una vía dinámica desde
su actual órbita hasta su zona de origen que ha resultado ser el
Cinturón de Kuiper.
Galiazzo y Wiegert piensan que hace relativamente poco que el
67P/Churyumov-Gerasimenko se halla en el sector interior de nuestro
sistema solar, habiendo llegado hace apenas 10.000 años. Con
anterioridad a ese momento, el cometa habría permanecido en un estado de
congelación profunda, lejos del Sol, concretamente en el citado
Cinturón de Kuiper.
La mayor parte de la denominada familia joviana de cometas se cree
que procede de dicho cinturón, una acumulación en forma de anillo de
cometas, asteroides y otros cuerpos del sistema solar, situada más lejos
del Sol que los planetas conocidos. Galiazzo y Wiegert creen, basándose
en el análisis inicial de su investigación, que ese es también el caso
para el 67P/Churyumov-Gerasimenko.
Su análisis muestra que el cometa probablemente pasó millones de
años, en tránsito, en el disco de dispersión, una porción del Cinturón
de Kuiper, al doble de la distancia de Neptuno (el planeta más lejano al
Sol de nuestro sistema solar). Este distante origen para el
67P/Churyumov-Gerasimenko implica que debe estar hecho de material
primigenio, sin apenas cambios, es decir, de minerales que ya existían
en su actual forma cuando se formó la Tierra.
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