Los científicos atribuyeron el fallo a que no se concibió la sonda como una nave, sino como un instrumento científico, y la inversión fue menor de la necesaria
La desaparición del Beagle 2 cuando se disponía a aterrizar en Marte el 25 de diciembre de 2003 fue analizada poco después por un comité investigador compuesto por expertos británicos y de la Agencia Espacial Europea (ESA), que no dudó en atribuir la responsabilidad de lo ocurrido a la agencia, aunque la inclusión de la sonda en la misión Mars Express fue una imposición británica.
El informe decía que el Comité del Programa Científico (SPC) de la ESA había autorizado el proyecto sin tener en cuenta la recomendación previa de un grupo de expertos, que advertía de que eran necesarios hacer unos cambios drásticos en el proyecto. Según los investigadores, la inversión requerida para la misión, unos 60 millones de euros, era menor de la necesaria porque el rover fue tratado como «instrumental científico» y no como una nave. Ese error llevó a cometer otros. Según explicaron en su día, el riesgo de un fallo fatal fue minimizado tanto por las autoridades británicas como por los responsables de la ESA.
El Beagle 2 ha sido localizado sobre la superficie marciana once años después por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA. Hasta el momento, todos los intentos por comunicarse con el vehículo habían resultado infructuosos y no se sabía nada del artefacto.
Las nuevas imágenes muestran que el módulo no desplegó todos los paneles solares, necesarios para exponer la antena de radio para transmitir datos y recibir comandos desde la Tierra. En esas condiciones no hay posibilidad de revivir al Beagle 2.
El informe decía que el Comité del Programa Científico (SPC) de la ESA había autorizado el proyecto sin tener en cuenta la recomendación previa de un grupo de expertos, que advertía de que eran necesarios hacer unos cambios drásticos en el proyecto. Según los investigadores, la inversión requerida para la misión, unos 60 millones de euros, era menor de la necesaria porque el rover fue tratado como «instrumental científico» y no como una nave. Ese error llevó a cometer otros. Según explicaron en su día, el riesgo de un fallo fatal fue minimizado tanto por las autoridades británicas como por los responsables de la ESA.
El Beagle 2 ha sido localizado sobre la superficie marciana once años después por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA. Hasta el momento, todos los intentos por comunicarse con el vehículo habían resultado infructuosos y no se sabía nada del artefacto.
Las nuevas imágenes muestran que el módulo no desplegó todos los paneles solares, necesarios para exponer la antena de radio para transmitir datos y recibir comandos desde la Tierra. En esas condiciones no hay posibilidad de revivir al Beagle 2.
ABC
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