La primera detección de vida extraterrestre inteligente vendrá probablemente en el próximo cuarto de siglo, predice un destacado cazador de vida extraterrestre.
Para el año 2040 más o menos, los astrónomos habrán explorado suficientes sistemas estelares para tener su gran oportunidad de descubrir señales electromagnéticas producidas por alienígenas, dijo Seth Shostak del instituto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) en Mountain View, California.
“Creo que vamos a encontrar a E.T. dentro de dos docenas de años usando este tipo de experimentos”, dijo Shostak el jueves 6 de febrero, durante una charla del simposio “2014 NASA Innovative Advanced Concepts” (NIAC) en la Universidad de Stanford.
“En lugar de observar unos pocos miles de sistemas estelares, que es la cifra actual, habremos observado tal vez un millón de sistemas estelares” en 24 años a partir de ahora, dijo Shostak. “Un millón podría ser el número correcto para encontrar algo.”
Muchos mundos potencialmente habitables
El optimismo de Shostak está basado en parte en las observaciones del telescopio espacial de búsqueda de planetas Kepler de la NASA, que ha demostrado que la Vía Láctea probablemente esté repleta de mundos capaces de sostener la vida tal como la conocemos.
“La conclusión es que, más o menos una de cada cinco estrellas tiene al menos un planeta donde la vida podría surgir”, dijo Shostak. “Ese es un fantástico gran porcentaje. Eso significa que en nuestra galaxia, hay del orden de decenas de miles de millones de mundos similares a la Tierra.”
Shostak y sus colegas creen que al menos algunos de estos mundos albergan alienígenas inteligentes – seres que han desarrollado la capacidad de enviar señales electromagnéticas hacia el cosmos, como la civilización humana hace cada segundo de cada día. Así que están apuntando las grandes antenas de radio hacia el cielo, con la esperanza de detectar algo producido por seres vivos.
Esta búsqueda se inició en 1960, cuando el astrónomo pionero Frank Drake exploró dos estrellas similares al Sol con una antena de 85 pies (26 metros) en West Virginia. Se ha incrementado considerablemente en el último medio siglo, los astrónomos que se han aprovechado de los avances significativos en la electrónica y la tecnología digital.
Sin embargo, conseguir la financiación suficiente para mantener la exploración de los cielos es un problema constante. Por ejemplo, el Allen Telescope Array en el norte de California – que utiliza el Instituto SETI – fue diseñado para que consistiera de 350 antenas de radio, pero sólo 42 se han construido hasta la fecha. Y la matriz tuvo que entrar en hibernación en abril de 2011 debido a la falta de presupuesto. (Entró de nuevo en funcionamiento en diciembre de ese año después de que se encontrara más financiación.)
La situación financiera provoca discutir sobre cualquier actitivad y plazo del SETI, dijo Shostak.
La estimación de 24 años, por ejemplo, “depende de la financiación continuada del SETI, que está en una situación desesperada en este momento”, dijo a Space.com después de su discurso en el simposio del NIAC.
Una carrera de tres vías para encontrar vida en el espacio
La búsqueda de vida extraterrestre no se centra únicamente en las sociedades tecnológicas, por supuesto. Muchos otros científicos están buscando formas de vida simples, las cuales deben estar distribuidas con mucha más frecuencia en todo el universo.
La primera evidencia de vida microbiana en la Tierra, por ejemplo, data de hace 3,8 mil millones de años – a unos 700 millones de años después de que se formara nuestro planeta. Pero tuvieron que transcurrir otros 1,7 mil millones de años para que la vida multicelular evolucionara. Los seres humanos no aparecieron hasta hace 200.000 años, y nos hemos convertido en una especie verdaderamente tecnológica tan sólo en el último siglo más o menos.
Así Shostak considera la caza de vida extraterrestre como una carrera de tres vías. Los contendientes son los investigadores en busca de civilizaciones avanzadas e inteligentes; científicos rastreando los cuerpos del sistema solar, como Marte y la luna Europa de Júpiter en busca de organismos simples, y los investigadores que se centran en la búsqueda de signos de vida microbiana en exoplanetas cercanos utilizando instrumentos futuros, como el telescopio espacial James Webb de 8800 millones de dólares de la NASA, cuyo lanzamiento está programado en 2018.
La carrera puede definirse en el último momento, dado que Shostak cree que los tres enfoques podrían dar sus frutos en los próximos decenios.
“Creo que cualquiera de estos caballos tiene una muy buena oportunidad de tener éxito – es sólo mi opinión – una muy buena oportunidad de tener éxito en los próximos 20 años, por ejemplo”, dijo durante la charla en el NIAC.
Space.com
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