De hecho, su descubrimiento pone en tela de juicio nuestra comprensión del universo tanto a nivel macro como de evolución.
La estructura es un gran grupo de quásares (LQG), que según los astrónomos es lo más grande del universo. Es más, los astrónomos han apodado a este grupo como Huge Large Quasar Group (H-LQG), porque es muy diferente de los LQG habituales.
La estructura está formada por 73 quásares repartidos a grandes distancias. En general abarca distancias de 1.630 millones de años luz, pero en su punto más ancho tiene 4.000 millones de años luz.
El grupo tiene un corrimiento al rojo de aproximadamente 1,27 y forma parte del universo temprano, a unos 8.700 millones de años luz de distancia. En comparación, el Universo observable tiene una extensión cercana a los 93.000 millones de años luz.
Los astrónomos no esperaban encontrar un objeto tan enorme e incluso llega a amenazar la validez del principio cósmico según el cual el Universo, a una escala realmente grande, es bastante uniforme.
El mismo principio también asume que las leyes físicas no cambian en diferentes partes del universo. Otra creencia era que las estructuras de tamaños tan descomunales no podrían formarse, y menos aún en el universo temprano, pero las nuevas evidencias contradicen esta suposición, así como los anteriores cálculos sobre el tamaño que podría alcanzar una estructura. En general dicen que el límite máximo es de 1.200 millones de años luz, algo que el nuevo H-LQG obviamente supera.
Los grandes grupos de quásares, como su nombre sugieren, son quásares agrupados juntos. Teniendo en cuenta que los quásares permanecen activos durante breves períodos de tiempo, estos grupos en los que todos los quásares son activos están en estrecha relación.
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