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Asteroides
Cometas
Label: Marte
La sonda Mars Express de la ESA ha fotografiado una región enigmática del Planeta Rojo: un barranco rocoso, fragmentado y estriado situado en la frontera de los hemisferios septentrional y meridional. Esta región constituye un impresionante ejemplo de la actividad pasada del planeta y muestra el camino recorrido por el material arrastrado por el viento, el agua y el hielo, que fue horadando el relieve y creando formaciones a su paso.
Nili Fossae in context
Marte se divide en dos: en algunos puntos, el hemisferio norte tiene una altura varios kilómetros menor que el hemisferio sur. Esta clara división topográfica se conoce como la “dicotomía marciana” y resulta especialmente llamativa en la superficie del planeta. El norte marciano también presenta vastas zonas de terreno llano, mientras que las regiones meridionales está fuertemente craterizadas. Se cree que esto es consecuencia de su actividad volcánica en el pasado, que cambió el aspecto superficial de ciertas regiones, creando suaves planicies en el norte y dejando otras regiones intactas.
El protagonista de esta imagen de Mars Express es un escarpe estriado y con numerosas rocas, conocido como Nili Fossae, situado en el límite entre el norte y el sur. Esta región está llena de valles rocosos, pequeñas colinas y grupos de figuras con cima plana (denominadas “mesas”), mientras que ciertos fragmentos de rocas de la corteza parecen hundirse en la superficie, creando una serie de formaciones similares a zanjas y conocidas como “graben”.
Como sucede con gran parte del entorno que rodea a esta zona, y a pesar de que Marte hoy es un planeta seco y árido, se cree que el agua tuvo un papel fundamental en la formación de Nili Fossae mediante una erosión continuada. Además de los indicios visuales, se han detectado signos de interacción pasada con el agua en la parte occidental (superior) de esta imagen. Instrumentos como el espectrómetro OMEGA de Mars Express han identificado aquí arcillas, indicadores clave de que en algún momento hubo agua presente.
Mars Express view of Nili Fossae
La elevación de Nili Fossae y sus alrededores, que se muestra en la vista topográfica, presenta algunas variaciones: las regiones izquierda e inferior izquierda (sur) son más altas que las que se encuentran al otro lado de la fotografía (norte), lo que ilustra la dicotomía anteriormente mencionada. Este terreno de mayor altitud parece estar formado principalmente por mesetas rocosas, mientras que el terreno más bajo comprende rocas menores, mesas, colinas y otros, con las dos secciones separadas por valles y canales de erosión.
Topography of Nili Fossae
Se cree que la división es el resultado del transporte de materiales hace cientos de millones de años. De forma parecida a los glaciares en la Tierra, flujos de agua y hielo atravesaron el terreno marciano y fueron esculpiéndolo y erosionándolo con el tiempo, arrastrando consigo el material. En el caso de Nili Fossae, el material se desplazó de áreas más altas a otras más bajas, mientras que fragmentos de roca y otros materiales más resistentes quedaron prácticamente intactos pero fueron descendiendo hasta formar las mesas y figuras que vemos en la actualidad.
Nili Fossae in 3D
Las formas y estructuras que salpican esta imagen podrían deberse al influjo no solo del agua y del hielo, sino también del viento. En esta imagen podemos ver algunos ejemplos: manchas en la superficie mucho más oscuras que el fondo ocre, como si fueran borrones de tinta o carboncillo. Se trata de áreas con arena volcánica más oscura, transportada y depositada por los actuales vientos marcianos. Con frecuencia, el viento mueve la arena y el polvo por la superficie de Marte, creando campos de ondulantes dunas por el planeta y formando terrenos multicolores como los de Nili Fossae.
Los datos que comprende esta imagen fueron recogidos por la Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC) de Mars Express el día 26 de febrero de 2018.
La sonda Mars Express de la ESA fue lanzada en 2003. Además de proporcionar espectaculares vistas de la superficie marciana, como la que hoy nos ocupa, la misión ha aclarado muchos de los mayores enigmas del planeta y ha contribuido a reconstruir la imagen de Marte, un planeta que en el pasado fue más cálido, más húmedo y potencialmente habitable. El siguiente enlace ofrece más información sobre los últimos 15 años de Mars Express y los descubrimientos que hasta ahora ha hecho la misión.
esa
La sonda Mars Express de la ESA lleva desde el 13 de septiembre observando la evolución de una nube alargada junto al volcán Arsia Mons, de 20 km de altura, que se halla cerca del ecuador marciano.
A pesar de su situación, esta formación atmosférica no se debe a actividad volcánica, sino que se trata de una nube de hielo de agua influida por el efecto de la pendiente del volcán a sotavento en el flujo de aire: lo que los científicos denominan una nube orográfica o “nube a sotavento”, un fenómeno regular en esta región.
La nube puede apreciarse en esta vista capturada el 10 de octubre por la Cámara de Seguimiento Visual (VMC) de Mars Express, que la ha fotografiado cientos de veces en las últimas semanas. Se trata de una formación elongada y de color blanco que se extiende a lo largo de 1.500 km hacia el oeste de Arsia Mons. A modo de comparación, cabe destacar que el diámetro de este volcán cónico es de unos 250 km. Aquí se puede consultar una vista etiquetada de la región.
Marte experimentó el solsticio de invierno en su hemisferio norte el pasado 16 de octubre. En los meses previos, la mayoría de la actividad nubosa desaparece de los grandes volcanes, como Arsia Mons, cuya cumbre permanece cubierta por nubes durante el resto del año marciano.
No obstante, se sabe que en el flanco suroeste de este volcán se forma una nube de hielo de agua, como la que vemos en la imagen, de forma estacional y recurrente. Mars Express y otras misiones ya la habían observado en 2009, 2012 y 2015.
El aspecto de la nube cambia a lo largo del día marciano, elongándose en el sentido del viento durante la mañana, alejándose del volcán y casi en paralelo al ecuador, hasta alcanzar un tamaño impresionante que hace que pueda verse hasta con telescopios en la Tierra.
La formación de nubes de hielo de agua se ve afectada por la cantidad de polvo presente en la atmósfera. Estas imágenes, obtenidas tras la gran tormenta de polvo que envolvió el planeta en junio y julio, ofrecerán información importante sobre el efecto del polvo en el desarrollo de la nube y su variabilidad a lo largo del año.
La nube alargada que flota cerca de Arsia Mons este año también ha sido observada con el espectrómetro cartográfico de luz visible e infrarrojo cercano, OMEGA, y la Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC) de Mars Express, ofreciendo a los científicos distintos datos para estudiar el fenómeno.
El desarrollo de esta nube se puede seguir a través de las imágenes diarias enviadas por la VMC:
https://www.flickr.com/photos/esa_marswebcam/
A pesar de su situación, esta formación atmosférica no se debe a actividad volcánica, sino que se trata de una nube de hielo de agua influida por el efecto de la pendiente del volcán a sotavento en el flujo de aire: lo que los científicos denominan una nube orográfica o “nube a sotavento”, un fenómeno regular en esta región.
La nube puede apreciarse en esta vista capturada el 10 de octubre por la Cámara de Seguimiento Visual (VMC) de Mars Express, que la ha fotografiado cientos de veces en las últimas semanas. Se trata de una formación elongada y de color blanco que se extiende a lo largo de 1.500 km hacia el oeste de Arsia Mons. A modo de comparación, cabe destacar que el diámetro de este volcán cónico es de unos 250 km. Aquí se puede consultar una vista etiquetada de la región.
Marte experimentó el solsticio de invierno en su hemisferio norte el pasado 16 de octubre. En los meses previos, la mayoría de la actividad nubosa desaparece de los grandes volcanes, como Arsia Mons, cuya cumbre permanece cubierta por nubes durante el resto del año marciano.
No obstante, se sabe que en el flanco suroeste de este volcán se forma una nube de hielo de agua, como la que vemos en la imagen, de forma estacional y recurrente. Mars Express y otras misiones ya la habían observado en 2009, 2012 y 2015.
Cloud on 21 September
El aspecto de la nube cambia a lo largo del día marciano, elongándose en el sentido del viento durante la mañana, alejándose del volcán y casi en paralelo al ecuador, hasta alcanzar un tamaño impresionante que hace que pueda verse hasta con telescopios en la Tierra.
La formación de nubes de hielo de agua se ve afectada por la cantidad de polvo presente en la atmósfera. Estas imágenes, obtenidas tras la gran tormenta de polvo que envolvió el planeta en junio y julio, ofrecerán información importante sobre el efecto del polvo en el desarrollo de la nube y su variabilidad a lo largo del año.
La nube alargada que flota cerca de Arsia Mons este año también ha sido observada con el espectrómetro cartográfico de luz visible e infrarrojo cercano, OMEGA, y la Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC) de Mars Express, ofreciendo a los científicos distintos datos para estudiar el fenómeno.
El desarrollo de esta nube se puede seguir a través de las imágenes diarias enviadas por la VMC:
https://www.flickr.com/photos/esa_marswebcam/
Cloud on 17 Septembersa
esa
La cámara estéreo de alta resolución a bordo de Mars Express de la ESA capturó en abril de este año la formación de este impresionante frente de nubes de polvo, visibles en la mitad derecha de la imagen, cerca del casquete septentrional marciano.
Se trata de una de las pequeñas tormentas de polvo locales observadas en los últimos meses en Marte, que en estos momentos está experimentando una temporada particularmente intensa. A finales de mayo se produjo otra mucho mayor en el sureste que, en pocas semanas, acabó convirtiéndose en una tormenta de polvo global, extendida por todo el planeta.
La intensidad de este último evento hizo que apenas llegase luz del Sol a la superficie del Planeta Rojo, una situación extrema que ha impedido al róver Opportunity de la NASA recargar sus baterías y entrar en contacto con la Tierra: tras 15 años de operaciones, permanece en modo de hibernación desde mediados de junio.
Durante el verano austral marciano, cuando el planeta se encuentra más cerca del Sol a lo largo de su órbita elíptica, son comunes las tormentas de polvo. La mayor iluminación solar provoca fuertes contrastes de temperatura, lo que se traduce en movimientos de aire que levantan con facilidad las partículas de polvo de la superficie, algunas de las cuales miden hasta 0,01 mm.
Las tormentas de polvo marcianas son impresionantes, tanto visualmente, como vemos en esta imagen, como en términos de intensidad y duración de los eventos globales, aunque en general son más débiles que los huracanes terrestres. Marte tiene una presión atmosférica mucho menor (de menos de una centésima parte de la presión atmosférica en la superficie terrestre) y las tormentas marcianas presentan vientos con menos de la mitad de velocidad que los vientos huracanados de la Tierra.
Cinco orbitadores de la ESA y la NASA están monitorizando la actual tormenta, mientras que el robot Curiosity de la NASA ha estado observándola gracias a su batería de energía nuclear. Comprender mejor cómo se forman y evolucionan las tormentas globales será fundamental para las futuras misiones a Marte alimentadas por energía solar.
Esta imagen en color se ha creado con datos del canal de nadir, el campo de visión perpendicular a la superficie de Marte, y los canales de color de la cámara estéreo de alta resolución. La resolución topográfica es de unos 16 m/píxel y las imágenes están centradas a unos 78° N, 106° E.
Mars Express también está equipada con la cámara de seguimiento visual (VMC), que capta imágenes diarias del Planeta Rojo.
esa
Gracias a más de una década de datos de la sonda Mars Express de la ESA, un nuevo estudio ha descubierto signos claros de que la compleja atmósfera marciana se comporta como un único sistema interconectado, en el que los procesos que tienen lugar en los niveles inferior e intermedio afectan significativamente a los niveles superiores.
Comprender la atmósfera marciana, tanto su estado actual como su historia, es una cuestión fundamental de la planetología. Esta atmósfera está escapando constantemente al espacio, lo que constituye un factor clave para determinar la posible habitabilidad, pasada, presente y futura, del planeta. Y es que Marte ha perdido la mayoría de su atmósfera, que en algún momento fue mucho más densa y húmeda, para convertirse en el mundo seco y árido que vemos en la actualidad.
En cualquier caso, la tenue atmósfera que Marte ha conservado resulta muy compleja y los científicos se esfuerzan por comprender su estructura y cómo los procesos en su seno se relacionan a lo largo del espacio y el tiempo.
Ahora, un nuevo estudio, basado en diez años de datos del instrumento de radar de Mars Express, muestra claramente el vínculo entre sus atmósferas superior e inferior. Conocido sobre todo por examinar el interior de Marte con su sonda de radar, el instrumento lleva observando la ionosfera marciana desde que comenzaron sus operaciones en 2005.
“Los niveles inferior e intermedio de la atmósfera marciana parecen estar unidos a los niveles superiores: hay un vínculo claro entre ellos a lo largo del año marciano”, explica la autora principal del estudio, Beatriz Sánchez-Cano, de la Universidad de Leicester (Reino Unido).
“Descubrimos este vínculo mientras hacíamos un seguimiento de la cantidad de electrones en la atmósfera superior, una propiedad que el radar MARSIS ha medido durante una década en distintas estaciones, áreas de Marte, horas del día y más, para después establecer una correlación con los parámetros atmosféricos medidos por otros instrumentos de Mars Express”.
De los casquetes polares a la atmósfera superior de Marte
Se sabe que la cantidad de partículas cargadas en la atmósfera superior marciana (a altitudes de entre 100 y 200 km) varía según la estación y la hora local, debido a los cambios en la iluminación y la actividad solar. Y, lo que es más importante para este estudio, también debido a las variaciones en la composición y la densidad de la propia atmósfera. No obstante, los científicos encontraron más cambios de los que esperaban.
“Descubrimos un aumento sorprendente y significativo en la cantidad de partículas cargadas en la atmósfera superior durante la primavera en el hemisferio norte, que es cuando la masa en la baja atmósfera crece a medida que se sublima el hielo del casquete septentrional”, añade Beatriz.
Los casquetes polares marcianos están compuestos por una mezcla de hielo de agua y dióxido de carbono helado. Cada invierno, hasta un tercio de la masa de la atmósfera de Marte se condensa, formando una capa helada en cada uno de los polos del planeta. Y cada primavera, parte de la masa de los casquetes se sublima y regresa a la atmósfera, lo que hace que los casquetes disminuyan visiblemente.
“Se creía que este proceso de sublimación solo afectaba a la atmósfera inferior, no esperábamos ver propagarse sus efectos hasta los niveles superiores”, admite Olivier Witasse, de la Agencia Espacial Europea, coautor del estudio y antiguo científico del proyecto Mars Express de la ESA.
“Encontrar una conexión así es muy interesante”.
El hallazgo sugiere que la atmósfera de Marte se comporta como un único sistema.
Esto podría ayudar a los científicos a comprender la evolución de la atmósfera marciana a lo largo del tiempo, no solo con respecto a las perturbaciones externas, como la meteorología espacial y la actividad del Sol, sino también con respecto a la propia variabilidad interna y a los procesos superficiales del planeta.
Mars Express
Entender la compleja atmósfera marciana es uno de los objetivos clave de la misión Mars Express de la ESA, que lleva operando en órbita alrededor del Planeta Rojo desde 2003.
“Mars Express sigue a pleno rendimiento. Uno de sus principales objetivos en la actualidad es estudiar el comportamiento exacto de la atmósfera marciana y cómo se interconectan sus distintas capas”, señala Dmitri Titov, científico del proyecto Mars Express de la ESA.
“Disponer de estos datos de base es fundamental para nuestro estudio de Marte: contamos con más de una década de observaciones con las que trabajar. Y no solo cubren un periodo de tiempo largo, sino que abarcan la totalidad de Marte y su atmósfera”.
“Esta enorme cantidad de observaciones complementarias por parte de los distintos instrumentos de Mars Express es lo que hace posible llevar a cabo estudios como este que, junto con el Satélite para el estudio de Gases Traza de la ESA y la misión MAVEN de la NASA, nos están ayudando a desvelar los secretos de la atmósfera marciana”.
esa
Las dos imágenes captadas
por el róver de la NASA muestran los cambios atmosféricos que ha
provocado la gran tormenta de polvo en el planeta rojo.
Desde hace dos semanas que una intensa tormenta de polvo ha crecido hasta actualmente cubrir gran parte de la superficie de Marte.
Mientras que el róver Opportunity de la NASA ha tenido que suspender sus operaciones científicas debido a que sus paneles solares no han podido obtener luz solar al estar prácticamente sumido en la oscuridad, su hermano el Curiosity ha estado estudiando el suelo marciano en el cráter Gale del planeta rojo, pues no ha tenido el mismo problema dado que su batería es de energía nuclear.
La NASA ha informado este miércoles 20 de junio que, aunque Curiosity se encuentra al otro lado de Marte que Opportunity, la capa de polvo sobre él ha aumentado más del doble durante el fin de semana.
La agencia espacial ha explicado que este fenómeno ha ofrecido una ventana de oportunidad sin precedentes para responder a preguntas como ¿por qué algunas tormentas de polvo marcianas duran meses y se vuelven masivas, mientras que otras se mantienen pequeñas y duran solo una semana? La última tormenta de polvo que cubrió Marte por completo fue en 2007
Aunque las tormentas de polvo marcianas son comunes, Scott D. Guzewich, científico atmosférico del Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA en Greenbelt, Maryland, y quien lidera la investigación de la tormenta de polvo de Curiosity, explica que, por primera vez, el róver permitirá recoger una gran cantidad de información sobre el polvo tanto desde la superficie como desde el espacio. La última vez que una tormenta de polvo se extendió a tal punto que envolvió por completo Marte fue en 2007, cinco años antes de que llegara Curiosity.
La imagen a continuación, que ha sido equilibrada en blanco y mejorada por contraste, muestra el cambio atmosférico marciano:
Los ingenieros a cargo de Curiosity en Pasadena (California) consideran que existe poco riesgo de que los instrumentos del róver se vean afectados por la tormenta. Las cámaras son las que mayor impacto podrían sufrir, ya que requieren un tiempo de exposición adicional debido a la poca luz. Por ello, después de cada ves que es usada, su Mastcam apunta hacia el suelo para reducir la cantidad de polvo que entra en contacto directo con el lente.
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Desde hace dos semanas que una intensa tormenta de polvo ha crecido hasta actualmente cubrir gran parte de la superficie de Marte.
Mientras que el róver Opportunity de la NASA ha tenido que suspender sus operaciones científicas debido a que sus paneles solares no han podido obtener luz solar al estar prácticamente sumido en la oscuridad, su hermano el Curiosity ha estado estudiando el suelo marciano en el cráter Gale del planeta rojo, pues no ha tenido el mismo problema dado que su batería es de energía nuclear.
La NASA ha informado este miércoles 20 de junio que, aunque Curiosity se encuentra al otro lado de Marte que Opportunity, la capa de polvo sobre él ha aumentado más del doble durante el fin de semana.
Esta pared de neblina que obstruye el sol es de seis a ocho veces más gruesa de lo normal.
La agencia espacial ha explicado que este fenómeno ha ofrecido una ventana de oportunidad sin precedentes para responder a preguntas como ¿por qué algunas tormentas de polvo marcianas duran meses y se vuelven masivas, mientras que otras se mantienen pequeñas y duran solo una semana? La última tormenta de polvo que cubrió Marte por completo fue en 2007
Aunque las tormentas de polvo marcianas son comunes, Scott D. Guzewich, científico atmosférico del Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA en Greenbelt, Maryland, y quien lidera la investigación de la tormenta de polvo de Curiosity, explica que, por primera vez, el róver permitirá recoger una gran cantidad de información sobre el polvo tanto desde la superficie como desde el espacio. La última vez que una tormenta de polvo se extendió a tal punto que envolvió por completo Marte fue en 2007, cinco años antes de que llegara Curiosity.
La imagen a continuación, que ha sido equilibrada en blanco y mejorada por contraste, muestra el cambio atmosférico marciano:

NASA/JPL-Caltech/MSSS
Los ingenieros a cargo de Curiosity en Pasadena (California) consideran que existe poco riesgo de que los instrumentos del róver se vean afectados por la tormenta. Las cámaras son las que mayor impacto podrían sufrir, ya que requieren un tiempo de exposición adicional debido a la poca luz. Por ello, después de cada ves que es usada, su Mastcam apunta hacia el suelo para reducir la cantidad de polvo que entra en contacto directo con el lente.
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La tormenta de polvo en el planeta rojo es tan intensa que podría entorpecer las comunicaciones del robot con la Tierra de forma permanente.
Tras haber arribado en 2004 a Marte, el robot Opportunity de la NASA enfrenta una de las peores adversidades que tenido hasta ahora: una tormenta de polvo que amenaza sus comunicaciones con la Tierra de forma permanente. La tormenta de polvo que se empezó a formar desde el 3 de junio es ya tan intensa que parece casi de noche, de acuerdo con una fuente de la NASA familiarizada con el asunto, según recoge The Verge.
Lo anterior ha impedido que la luz del Sol alcance los paneles solares del Opportunity, los cuales generan la energía con la que carga su batería interna. Por tal razón, el robot está usando sus reservas de batería y existe la posibilidad de que el voltaje sea demasiado bajo y no pueda comunicarse con los ingenieros en la Tierra durante el resto de la tormenta.
La amenaza de un fatal enfriamiento
A falta de luz solar, una de las cuestiones que también le preocupa a los científicos e ingenieros de la NASA es si el Opportunity se está enfriando demasiado durante la tormenta de polvo. Opportunity puede calentar su batería moviéndose un poco cada día pero si la reserva de energía de su batería es muy baja, corre peligro no conseguirlo
Con tan solo moverse un poco cada día puede calentar su batería lo suficiente como para funcionar en el gélido ambiente de Marte, pero si las reservas son demasiado bajas, corre el peligro de no poder realizar movimiento alguno por el resto de la tormenta. Si bien cuenta con calentadores que pueden proporcionar la calidez necesaria en caso de que la temperatura de la batería baje demasiado, también necesitan energía para funcionar.
A medida que el Opportunity haga mayor uso del almacenamiento de la batería, entrará en el llamado "modo de baja potencia", en el que funciona con un piloto automático que permanece apagado la mayor parte del día y solo despierta durante ciertas ventanas de tiempo predefinidas para escuchar los comandos de la Tierra.
Lo anterior ha impedido que la luz del Sol alcance los paneles solares del Opportunity, los cuales generan la energía con la que carga su batería interna. Por tal razón, el robot está usando sus reservas de batería y existe la posibilidad de que el voltaje sea demasiado bajo y no pueda comunicarse con los ingenieros en la Tierra durante el resto de la tormenta.
La amenaza de un fatal enfriamiento
A falta de luz solar, una de las cuestiones que también le preocupa a los científicos e ingenieros de la NASA es si el Opportunity se está enfriando demasiado durante la tormenta de polvo. Opportunity puede calentar su batería moviéndose un poco cada día pero si la reserva de energía de su batería es muy baja, corre peligro no conseguirlo
Con tan solo moverse un poco cada día puede calentar su batería lo suficiente como para funcionar en el gélido ambiente de Marte, pero si las reservas son demasiado bajas, corre el peligro de no poder realizar movimiento alguno por el resto de la tormenta. Si bien cuenta con calentadores que pueden proporcionar la calidez necesaria en caso de que la temperatura de la batería baje demasiado, también necesitan energía para funcionar.
A medida que el Opportunity haga mayor uso del almacenamiento de la batería, entrará en el llamado "modo de baja potencia", en el que funciona con un piloto automático que permanece apagado la mayor parte del día y solo despierta durante ciertas ventanas de tiempo predefinidas para escuchar los comandos de la Tierra.
Comunicaciones en peligro
Existe la posibilidad de que la potencia fuera tan baja que se saltara el "modo de falla de baja potencia" y entrara en un apagón gradual
Según la fuente de la NASA contactada por el medio estadounidense, los ingenieros creen que, por ahora, el robot todavía no llega al "modo de falla de baja potencia". Sin embargo, cabe la posibilidad de que la potencia haya disminuido a tal grado que se saltara por completo el modo de falla y haya entrado directamente en un apagón gradual.
De ser esa la situación, hay dos posibilidades. La primera, que no se comunique por un tiempo y, la segunda, que solo se comunique esporádicamente cuando reúna suficiente energía durante períodos de tiempo más largos.
En el peor de los casos, si pierde la comunicación con la Tierra, los ingenieros de la NASA no tendrán forma de averiguar en qué tipo de condición se encuentra el Opportunity. Si hace demasiado frío, puede estar en peligro de romperse. En 2010, las bajas temperaturas causaron que el gemelo de Opportunity, el Spirit Rover, dejara de funcionar en Marte.
Cabe destacar que el autómata lleva 14 años cuando su misión original era de tan solo tres meses y ya en 2007 sobrevivió una tormenta de polvo en el planeta rojo. Sin embargo, aquella ocasión no fue tan fuerte como la de ahora.
La actual tormenta podría ir creciendo de tamaño y eventualmente abarcar casi todo el globo marciano. De ser así, podría durar hasta un mes o más, como aquella tormenta de 2007.
Por el lado positivo, el Opportunity se encuentra cerca del ecuador en Marte, donde el verano está por comenzar. Además, estas tormentas también pueden actuar como una gran manta atmosférica y absorber el calor del Sol, lo que calentaría al planeta rojo.
Ante este panorama, la NASA ha pedido ayuda a Deep Space Network, un sistema global de antenas de comunicación, para escuchar mejor las transmisiones del robot. No obstante, los científicos no tienen de momento más opción que esperar a que la tormenta pase para comprobar el estado en el que finalmente se encontrará el androide
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Los niveles de metano
atmosférico en Marte varían según las estaciones, con máximos a finales
del verano en el hemisferio norte y del invierno en el sur, según
confirman las mediciones realizadas por el vehículo Curiosity en el
cráter Gale durante cinco años. La fuente de este gas, que en la Tierra
producen habitualmente los seres vivos, sigue siendo un misterio, aunque
se podría estar liberando desde cristales hidratados del subsuelo
marciano. El rover también ha encontrado restos de materia orgánica en rocas de hace 3.000 millones de años.
SINC
La mayor parte del gas metano que hay en la Tierra tiene un origen biológico, pero se desconoce de dónde procede el detectado en la atmósfera de Marte desde hace casi 20 años. Se han propuesto varias teorías, como su formación por parte de seres vivos (metanogénesis), la degradación de compuestos orgánicos por rayos ultravioleta o interacciones químicas entre el agua y las rocas.
Ahora, un equipo internacional de investigadores liderado desde el Jet Propulsion Laboratory de la NASA y en el que participa el Centro de Astrobiología (CAB, centro mixto CSIC-INTA), presenta por primera vez la detección de un ciclo estacional en las concentraciones de metano marciano.
El estudio, publicado esta semana en Science, se ha realizado durante cinco años con el espectrómetro TLS-SAM (Tunable Laser Spectrometer - Sample Analysis at Mars) a bordo del rover Curiosity de la NASA, que se encuentra en el cráter Gale desde agosto de 2012.
La concentración promedio de metano detectada por TLS-SAM en la atmósfera es muy baja, de alrededor de 0,4 ppb (partes por billón), aunque oscila entre 0,24 y 0,65 ppb. Se ha observado una fuerte y repetida variabilidad estacional, que alcanza niveles mínimos en los solsticios, y máximos a finales del verano en el hemisferio norte y cuando acaba el invierno en el hemisferio sur.
Los modelos actuales no son capaces de explicar a qué se debe esta variabilidad estacional, pero los autores han podido descartar numerosas fuentes potenciales y sugieren que grandes cantidades de metano pueden estar almacenadas en el subsuelo marciano en cristales hidratados llamados clatratos. Los cambios estacionales en la temperatura podrían causar la liberación fluctuante del gas.
Daniel Viúdez, coautor del trabajo e investigador del CAB, explica que una de las más teorías más aceptadas es la emisión de metano por clatratos: “Hace millones de años, grandes cantidades de metano quedarían atrapadas en el subsuelo bajo ciertas condiciones en estos compuestos que, con el cambio a las condiciones presentes de Marte, se habrían vuelto inestables, y estarían liberando lentamente el gas atrapado en el pasado”.
En esta línea, Curiosity seguirá realizando mediciones, que serán complementadas desde órbita por la reciente llegada de la misión Exomars-TGO (Trace Gas Orbiter) de la Agencia Espacial Europea (ESA). Este orbitador tiene la mayor sensibilidad para detectar metano de cualquier instrumento enviado a Marte hasta la fecha, y acaba de posicionarse en su órbita de trabajo, a 400 km sobre la superficie, para comenzar a observar a escala planetaria la presencia, difusión, desaparición de moléculas que están en cantidades muy pequeñas, como el metano. Los científicos confían obtener resultados y descubrir la fuente del metano marciano en los próximos años.
Observaciones sorprendentes de Curiosity
Para María Paz Zorzano, también coautora del trabajo e investigadora del CAB, “las observaciones del Curiosity son extraordinarias y sorprendentes. Después de más de cinco años de operación en la superficie de Marte encontramos pequeñas concentraciones de metano siempre que medimos. Y aún más sorprendente es que su variación anual tenga cierta relación con algunas variables atmosféricas, sugiriendo que existe un proceso físico-químico activo en la actualidad, que no ha sido descrito hasta la fecha”.
Con el fin de entender el origen del metano, se ha intentado relacionar las detecciones de TLS-SAM con variables atmosféricas medidas por otro instrumento del rover, el instrumento español REMS, cuyo Investigador Principal es Javier Gómez Elvira, coautor y miembro del CAB.
REMS (Rover Environmental Monitoring Station) es una estación medioambiental desarrollada en el CAB, que lleva midiendo desde el 2012 diferentes variables atmosféricas en el cráter Gale: la velocidad y dirección del viento, la presión atmosférica, la temperatura del aire, la temperatura del suelo, la humedad relativa y el nivel de radiación ultravioleta en la superficie.
Otro coautor e investigador del CAB, Jorge Pla-García, ha contrastado los modelos atmosféricos con los datos. Según indica, “la buena concordancia simulaciones-observaciones nos da la confianza para utilizar el modelo a la hora de investigar, tanto el entorno meteorológico de toda la región del cráter Gale, como la evolución del metano detectado por TLS-SAM”.
Estas correlaciones han permitido acotar la ubicación de la fuente de emisión del metano, pero se necesitará una mayor cantidad de datos para poder entender el origen y la química del metano marciano.
Material orgánico antiguo
En el mismo número de la revista Science aparece otro artículo, coordinado desde el centro de vuelo espacial Goddard de la NASA, donde sus autores informan que han encontrado materiales orgánicos (como tiofeno, metanotiol y dimetilsulfuro) en arcillas marcianas de hace 3.000 millones de años. Estas rocas antiguas recuerdan a las sedimentarias ricas en compuestos orgánicos que se encuentran en la Tierra.
En 2014 Curiosity ya había encontrado materia orgánica en el suelo marciano, y este nuevo estudio lo corrobora, sugiriendo que en el planeta rojo podría haber tenido vida en el pasado. Pero los autores son prudentes: tanto la presencia de materia orgánica como el metano no son necesariamente pruebas de la vida misma. Los dos componentes se pueden producir por procesos no biológicos. En cualquier caso, son una buena señal para las futuras misiones de exploración de la superficie y el subsuelo marcianos.
El ciclo estacional del metano en Marte
Formas en las que el metano del subsuelo marciano podría llegar a la superficie, donde su absorción y liberación podría producir una gran variación estacional en la atmósfera como la observada por Curiosity. Las posibles fuentes podrían ser la metanogénesis, la degradación de los compuestos orgánicos por luz ultravioleta o interacciones químicas entre el agua y las rocas; y sus pérdidas incluyen la fotoquímica atmosférica y reacciones superficiales. Gráfico referido a estaciones del hemisferio norte con datos procedentes del instrumento TLSSAM de Curiosity durante tres años marcianos (casi 5 años terrestres).
Ahora, un equipo internacional de investigadores liderado desde el Jet Propulsion Laboratory de la NASA y en el que participa el Centro de Astrobiología (CAB, centro mixto CSIC-INTA), presenta por primera vez la detección de un ciclo estacional en las concentraciones de metano marciano.
El estudio, publicado esta semana en Science, se ha realizado durante cinco años con el espectrómetro TLS-SAM (Tunable Laser Spectrometer - Sample Analysis at Mars) a bordo del rover Curiosity de la NASA, que se encuentra en el cráter Gale desde agosto de 2012.
Se presenta por primera vez la detección de un ciclo estacional en las concentraciones del metano marciano, con picos a finales del verano o invierno según el hemisferio
La concentración promedio de metano detectada por TLS-SAM en la atmósfera es muy baja, de alrededor de 0,4 ppb (partes por billón), aunque oscila entre 0,24 y 0,65 ppb. Se ha observado una fuerte y repetida variabilidad estacional, que alcanza niveles mínimos en los solsticios, y máximos a finales del verano en el hemisferio norte y cuando acaba el invierno en el hemisferio sur.
Los modelos actuales no son capaces de explicar a qué se debe esta variabilidad estacional, pero los autores han podido descartar numerosas fuentes potenciales y sugieren que grandes cantidades de metano pueden estar almacenadas en el subsuelo marciano en cristales hidratados llamados clatratos. Los cambios estacionales en la temperatura podrían causar la liberación fluctuante del gas.
Daniel Viúdez, coautor del trabajo e investigador del CAB, explica que una de las más teorías más aceptadas es la emisión de metano por clatratos: “Hace millones de años, grandes cantidades de metano quedarían atrapadas en el subsuelo bajo ciertas condiciones en estos compuestos que, con el cambio a las condiciones presentes de Marte, se habrían vuelto inestables, y estarían liberando lentamente el gas atrapado en el pasado”.
En esta línea, Curiosity seguirá realizando mediciones, que serán complementadas desde órbita por la reciente llegada de la misión Exomars-TGO (Trace Gas Orbiter) de la Agencia Espacial Europea (ESA). Este orbitador tiene la mayor sensibilidad para detectar metano de cualquier instrumento enviado a Marte hasta la fecha, y acaba de posicionarse en su órbita de trabajo, a 400 km sobre la superficie, para comenzar a observar a escala planetaria la presencia, difusión, desaparición de moléculas que están en cantidades muy pequeñas, como el metano. Los científicos confían obtener resultados y descubrir la fuente del metano marciano en los próximos años.
Observaciones sorprendentes de Curiosity
Para María Paz Zorzano, también coautora del trabajo e investigadora del CAB, “las observaciones del Curiosity son extraordinarias y sorprendentes. Después de más de cinco años de operación en la superficie de Marte encontramos pequeñas concentraciones de metano siempre que medimos. Y aún más sorprendente es que su variación anual tenga cierta relación con algunas variables atmosféricas, sugiriendo que existe un proceso físico-químico activo en la actualidad, que no ha sido descrito hasta la fecha”.
Grandes cantidades de metano podrían estar almacenadas en cristales clatratos del subsuelo, liberándose con los cambios de temperatura a lo largo de las estaciones
Con el fin de entender el origen del metano, se ha intentado relacionar las detecciones de TLS-SAM con variables atmosféricas medidas por otro instrumento del rover, el instrumento español REMS, cuyo Investigador Principal es Javier Gómez Elvira, coautor y miembro del CAB.
REMS (Rover Environmental Monitoring Station) es una estación medioambiental desarrollada en el CAB, que lleva midiendo desde el 2012 diferentes variables atmosféricas en el cráter Gale: la velocidad y dirección del viento, la presión atmosférica, la temperatura del aire, la temperatura del suelo, la humedad relativa y el nivel de radiación ultravioleta en la superficie.
Otro coautor e investigador del CAB, Jorge Pla-García, ha contrastado los modelos atmosféricos con los datos. Según indica, “la buena concordancia simulaciones-observaciones nos da la confianza para utilizar el modelo a la hora de investigar, tanto el entorno meteorológico de toda la región del cráter Gale, como la evolución del metano detectado por TLS-SAM”.
Estas correlaciones han permitido acotar la ubicación de la fuente de emisión del metano, pero se necesitará una mayor cantidad de datos para poder entender el origen y la química del metano marciano.
Curiosity también ha encontrado material orgánico en arcillas marcianas de hace 3.000 millones de años
Material orgánico antiguo
En el mismo número de la revista Science aparece otro artículo, coordinado desde el centro de vuelo espacial Goddard de la NASA, donde sus autores informan que han encontrado materiales orgánicos (como tiofeno, metanotiol y dimetilsulfuro) en arcillas marcianas de hace 3.000 millones de años. Estas rocas antiguas recuerdan a las sedimentarias ricas en compuestos orgánicos que se encuentran en la Tierra.
En 2014 Curiosity ya había encontrado materia orgánica en el suelo marciano, y este nuevo estudio lo corrobora, sugiriendo que en el planeta rojo podría haber tenido vida en el pasado. Pero los autores son prudentes: tanto la presencia de materia orgánica como el metano no son necesariamente pruebas de la vida misma. Los dos componentes se pueden producir por procesos no biológicos. En cualquier caso, son una buena señal para las futuras misiones de exploración de la superficie y el subsuelo marcianos.
"Con estos nuevos hallazgos, Marte nos está diciendo que sigamos adelante y buscando evidencias de vida", destaca Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misión Científica de la NASA, que concluye: "Confío en que tanto nuestras misiones actuales como las planeadas llevarán a descubrimientos aún más impresionantes en el planeta rojo".
El ciclo estacional del metano en Marte

Crédito: NASA / JPL-Caltech
Formas en las que el metano del subsuelo marciano podría llegar a la superficie, donde su absorción y liberación podría producir una gran variación estacional en la atmósfera como la observada por Curiosity. Las posibles fuentes podrían ser la metanogénesis, la degradación de los compuestos orgánicos por luz ultravioleta o interacciones químicas entre el agua y las rocas; y sus pérdidas incluyen la fotoquímica atmosférica y reacciones superficiales. Gráfico referido a estaciones del hemisferio norte con datos procedentes del instrumento TLSSAM de Curiosity durante tres años marcianos (casi 5 años terrestres).
SINC
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