Las tasas de dosis de radiación obtenidas a partir de mediciones
tomadas a lo largo de los últimos cuatro años superan a las típicas de
los ciclos solares anteriores en al menos un 30 por ciento, mostrando
ello que la radiación en el vecindario de la Tierra se está volviendo
mucho más intensa. Cada ciclo solar dura unos 11 años.
Salir fuera de naves o estaciones
espaciales para realizar actividades extravehiculares constituye una
situación de mayor peligro de exposición a radiación espacial que las
permanencias en áreas más protegidas dentro de los vehículos espaciales.
El peligro aumenta además si la ubicación, en vez de ser una órbita
baja alrededor de la Tierra, es por ejemplo el espacio interplanetario.
(Foto: NASA)
El nivel de radiación constituye un factor ambiental importante para
los viajes y la meteorología espaciales, y debe ser estudiado
cuidadosamente y tenido en cuenta en la planificación y el diseño de
futuras misiones a la Luna, Marte, los asteroides y más allá. Así lo
recalca el equipo del físico Nathan Schwadron, de la Universidad de New
Hampshire en Durham, Estados Unidos, tras completar su investigación
sobre los niveles de radiación espacial a través del tiempo.
Schwadron y sus colegas hallaron que los grandes flujos de rayos
cósmicos galácticos (chorros de partículas provenientes de fuera de
nuestro sistema solar) están aumentando más rápido que antes y que van
camino de exceder a los de cualquier otra época previa desde que existen
mediciones continuadas en la era espacial. También señalan que una de
las más notables ráfagas de partículas energéticas solares recorrió el
sistema solar en septiembre de 2017, liberando grandes dosis de
radiación que podrían haber supuesto un riesgo notable tanto para los
humanos como para los satélites. Los astronautas sin protección podrían
experimentar efectos agudos, como enfermedad por radiación o problemas
de salud más serios a largo plazo, como cáncer o daños en órganos,
incluyendo el corazón, el cerebro y el sistema nervioso central.
En 2014, Schwadron y su equipo pronosticaron alrededor de un 20 por
ciento de aumento en las tasas de dosis de radiación desde un mínimo
solar al siguiente. Cuatro años más tarde, su investigación más reciente
muestra que las actuales condiciones han superado sus predicciones en
cerca de un 10 por ciento, demostrando que el nivel de radiación en el
entorno de la Tierra está empeorando incluso más de lo esperado.
NCYT
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