Gracias al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), un equipo de astrónomos descubrió que en marzo de 2017 hubo una fuerte llamarada en Próxima Centauri. El hallazgo pone en entredicho las posibilidades de que haya vida en el exoplaneta más cercano a nuestro Sistema Solar, conocido como Próxima b, que orbita alrededor de la estrella Próxima Centauri.
Cuando alcanzó su máxima intensidad, la llamarada fue diez veces más brillante que las llamaradas más grandes producidas por nuestro Sol observadas en longitudes de onda similares. Las llamaradas estelares han sido poco estudiadas en las longitudes de onda milimétricas y submilimétricas que detecta ALMA, sobre todo en estrellas como Próxima Centauri, conocidas como enanas M, las más abundantes de nuestra galaxia.
“El 24 de marzo de 2017 no fue un día común para Próxima Centauri”, afirma Meredith MacGregor, astrónomo del Departamento de Magnetismo Terrestre del Instituto Carnegie de Ciencia, en Washington D.C., quien dirigió la investigación con su colega Alycia Weinberger. Junto con David Wilner, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, y Adam Kowalski y Steven Cranmer, de la Universidad de Colorado Boulder, los investigadores descubrieron la enorme llamarada tras volver a analizar las observaciones realizadas por ALMA el año pasado.
El brillo de Próxima Centauri durante los dos minutos que duró el evento de 2017. La gran erupción estelar se muestra en rojo, con una erupción más pequeña en naranjo y la emisión realzada alrededor de la erupción en azul. Crédito: Meredith MacGregor.
La llamarada incrementó el brillo de Próxima Centauri en mil veces durante 10 segundos. Antes hubo una llamarada más pequeña, y juntando los dos episodios, el fenómeno total duró menos de dos minutos en las 10 horas de observaciones realizadas por ALMA entre enero y marzo del año pasado.
Las llamaradas estelares ocurren cuando un cambio en el campo magnético de la estrella acelera los electrones y estos alcanzan velocidades cercanas a la de la luz. Los electrones acelerados interactúan con el plasma altamente cargado que conforma la mayor parte de la estrella, y esta interacción causa una erupción que genera emisiones en todo el espectro electromagnético.
“Es probable que Próxima b haya recibido intensos golpes de radiación durante esta llamarada”, explica MacGregor, y agrega que ya se sabía que Próxima Centauri experimentaba regularmente llamaradas de rayos X, aunque más pequeñas. “Durante los miles de millones de años que transcurrieron desde que se formó Próxima b, estas llamaradas pudieron haber evaporado cualquier atmósfera u océano y esterilizado la superficie, lo cual significa que las condiciones de habitabilidad pueden depender de más factores que la simple distancia entre el planeta y su estrella y la presencia de agua líquida”.
- El artículo “Detection of a millimeter flare from Proxima Centauri” fue publicado el 26 de febrero de 2018 por The Astrophysical Journal Letters.
ALMA
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