La región de formación estelar Lupus 3 se encuentra dentro de la
constelación de Escorpio, a tan solo 600 años luz de la Tierra. Forma
parte de un conjunto más amplio llamado las Nubes de Lupus, que toma su
nombre de la adyacente constelación de Lupus (el lobo). Las nubes se
asemejan a humo que ondeara a través de un fondo de millones de
estrellas, pero en realidad estas nubes son una nebulosa oscura.
Una nube oscura de polvo cósmico
serpentea a través de esta espectacular imagen de amplio campo,
iluminada por la brillante luz de nuevas estrellas. Esta nube densa es
una región de formación estelar, llamada Lupus 3, en la que nacen
deslumbrantes estrellas calientes a partir del colapso de masas de gas y
polvo. Esta imagen fue creada a partir de imágenes realizadas con el
Telescopio de Rastreo del VLT y el Telescopio MPG/ESO de 2,2 metros, y
es la imagen más detallada captada hasta ahora de esta región. (Crédito:
ESO/R. Colombari)
Las nebulosas son grandes extensiones de gas y polvo, entrelazadas
entre las estrellas, que a veces se extienden cientos de años luz. Al
contrario que muchas nebulosas que vemos espectacularmente iluminadas
por la intensa radiación de estrellas calientes, las nebulosas oscuras
no dejan escapar de su interior la luz de los objetos celestes. También
son conocidas como nebulosas de absorción, porque se componen de densas y
frías partículas de polvo que absorben y dispersan la luz que pasa a
través de la nube.
Algunas de las nebulosas oscuras más conocidas son la Saco de Carbón y
la Gran Grieta, que son lo suficientemente grandes como para ser
vistas, a ojo desnudo, en un contraste donde el profundo color negro
resalta sobre el brillo de la Vía Láctea.
Lupus 3 tiene una forma irregular, como una serpiente deforme que
cruzara el cielo. En esta imagen vemos una región de contrastes, con
gruesos senderos oscuros contra el fulgor de brillantes estrellas azules
en el centro. Como la mayoría de las nebulosas oscuras, Lupus 3 es una
región activa de formación estelar, compuesta principalmente de
protoestrellas y estrellas muy jóvenes. Las perturbaciones cercanas
pueden hacer que, las zonas más densas y grumosas de la nebulosa, se
contraigan a causa de la gravedad, calentándose y aumentando su presión
en el proceso. Finalmente, a causa de las condiciones extremas que se
dan en el corazón de esa nube que colapsa, nacerá una protoestrella.
Las dos brillantes estrellas del centro de esta imagen experimentaron
este proceso. Al inicio de en sus vidas, gran parte de la radiación que
emitieron fue bloqueada por el espeso velo de su nebulosa anfitriona,
solo visible para telescopios que observan en longitudes de onda
infrarrojas y de radio. Pero, a medida que crecieron y fueron más
calientes y brillantes, su intensa radiación y sus fuertes vientos
estelares arrasaron los alrededores, limpiando esas áreas de gas y polvo
y permitiéndoles emerger gloriosamente de su sombrío lugar de
nacimiento para brillar refulgentes.
Estas dos estrellas son todavía muy jóvenes, tan jóvenes que la
fusión nuclear aún no se ha desencadenado en sus núcleos. En su lugar,
el brillo que emiten proviene de la conversión de energía gravitatoria
en calor a medida que sus turbulentos núcleos se contraen.
Comprender las nebulosas es fundamental para comprender los procesos
de formación de estrellas. De hecho, se cree que el Sol se formó hace
más de 4.000 millones de años en una región de formación estelar muy
similar a Lupus 3. Dado que Lupus 3 es uno de los viveros estelares más
cercanos, ha sido objeto de muchos estudios; en 2013, el Telescopio
MPG/ESO de 2,2 metros, instalado en el Observatorio La Silla de ESO, en
Chile, captó una imagen más pequeña de sus brillantes estrellas y de sus
oscuras columnas parecidas a humo.
ESO
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