Investigadores de la Universidad de Granada (España) han medido las 
correlaciones de corto alcance entre protones y neutrones, obteniendo 
información directa acerca de la fuerza nuclear a esas cortas 
distancias. Para ello han utilizado un nuevo método que analiza las 
rápidas vibraciones cuánticas de los protones y neutrones en el interior
 del núcleo.
Representación artística de las 
correlaciones de corto alcance en una colisión neutrón-protón. Las 
flechas representan el espín. (Foto: UGR)
Este fenómeno ha sido popularmente bautizado como “protones y neutrones enamorados” por los investigadores del Grupo de Física Hadrónica del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional de la Universidad de Granada (UGR) que han estado al frente de este proyecto, junto al laboratorio Lawrence Livermore de California (Estados Unidos).
Según explica José Enrique Amaro Soriano, catedrático del 
departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la UGR, “en 
astrofísica es crucial conocer la ecuación de estado de la materia (la 
energía en función de la densidad) para las altas densidades existentes 
en el interior de las estrellas de neutrones y otros objetos estelares 
densos. A tan altas densidades las correlaciones de corto alcance entre 
protones y neutrones pueden tener un efecto crucial en la evolución de 
la estrella”.
Las repercusiones en física nuclear también son múltiples. El estudio
 de las correlaciones de corto alcance permite obtener información 
directa acerca de la fuerza nuclear a  cortas distancias, que no se 
conoce en detalle. Ya se han hecho experimentos en el acelerador JLAB en
 Virginia (Estados Unidos) para observar estos protones de alta 
velocidad.
El efecto está relacionado, por otra parte, con el entrelazamiento 
cuántico, base de una tecnología en auge como es la computación 
cuántica. “Si alguna vez se desarrolla un ordenador cuántico nuclear, 
habría que tener en cuenta el efecto de las correlaciones de corto 
alcance”, afirma el catedrático José Enrique Amaro Soriano.
Los núcleos atómicos son los componentes fundamentales de la materia.
 Son objetos diminutos conteniendo un conglomerado de partículas, 
protones y neutrones, fuertemente unidas. La fuerza de unión es tan 
potente que para despegar un protón o un neutrón se deberían alcanzar 
temperaturas de millones de grados, típicas del interior de una estrella
 masiva.
Estas partículas, denominadas nucleones (nombre colectivo para 
neutrones y protones), se encuentran en movimiento en el núcleo, con 
velocidades que normalmente no llegan a 700.00 kilómetros por segundo, 
menores que el 25% de la velocidad de la luz. Todo ello de acuerdo con 
el principio de incertidumbre de la física cuántica, ya que las 
velocidades de las partículas confinadas aumentan al disminuir el tamaño
 de la región de confinamiento.
Debido a la fuerza nuclear, dos nucleones pueden encontrarse de 
frente y chocar de manera violenta, adquiriendo velocidades muy 
superiores, que pueden alcanzar el 70% de la velocidad de la luz, casi 
triplicando su velocidad máxima. José Enrique Amaro realiza la siguiente
 comparativa: “este hecho puede parecer sorprendente si pensamos en la 
siguiente analogía, sería como si dos coches a 100 km/h chocaran de 
frente y, durante el choque, sus velocidades aumentaran hasta 300 km/h”.
La investigación del Grupo de Física Hadrónica de la Universidad de 
Granada confirma la dominancia de las correlaciones de alta velocidad 
entre pares protón-neutrón (pn) frente a los pares protón-protón (pp). 
Esta dominancia es del orden de 18 veces mayor. El trabajo ha sido 
publicado en la prestigiosa revista especializada Physical Review C de 
la Sociedad Americana de Física.
También se ha confirmado que esta dominacia de protón-neutrón sobre 
protón-protón está producida fundamentalmente por la denominada “fuerza 
tensorial”. Esta es una fuerza nuclear que no actúa a lo largo de la 
línea ficticia que uniría a las dos partículas. La fuerza tensorial 
aparece sólo entre partículas de espín 1/2 y es similar a la fuerza 
entre dos imanes, que depende de la orientación de sus polos N y S. Sin 
embargo, mientras que en la fuerza magnética polos iguales se repelen y 
polos opuestos se atraen, en la fuerza nuclear ocurre justo al 
contrario.
En este proyecto se ha utilizado la representación de la fuerza 
nuclear más precisa hasta la fecha, que se desarrolló recientemente 
dentro del mismo grupo de investigación de la UGR. La interacción 
nuclear de Granada ha permitido resolver de forma novedosa, y con un 
método muy sencillo, la ecuación que describe el choque de dos nucleones
 en el interior de un núcleo, que fue propuesta por los físicos H. Bethe
 y J. Goldstone en los años 50. 
Universidad de Granada


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