Unos astrónomos han identificado un cometa especial a 2.400 millones de kilómetros del Sol. Ningún otro cometa en trayectoria de aproximación a nuestra estrella había sido visto desde una distancia tan grande.
La ilustración muestra la órbita del
cometa K2 en su actual viaje por el sistema solar. Se muestran también
en el diagrama las órbitas de los planetas gigantes, desde Júpiter a
Neptuno. El objeto más lejano desde el Sol mostrado en la ilustración es
el planeta enano Plutón. (Foto: NASA, ESA y A. Field/STSc)
C/2017 K2 (PANSTARRS), conocido simplemente como K2, se halla en la actualidad más allá de la órbita de Saturno, y ha estado viajando durante millones de años desde su hogar en las heladas zonas exteriores del sistema solar, donde la temperatura es aproximadamente de 262 grados centígrados bajo cero. Fue fotografiado por el telescopio espacial Hubble de la NASA, y ha sido objeto de observaciones minuciosas por el equipo de David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) de Estados Unidos.
La órbita de K2 indica que procede de la nube de Oort, una región esférica muy grande alrededor del Sol y los planetas y otros astros conocidos de nuestro sistema solar. Se cree que esta nube contiene cientos de miles de millones de cometas.
Calentado ligeramente por el remoto Sol, K2 ha empezado a desarrollar una nube de polvo difusa de unos 128.000 kilómetros de diámetro, la así llamada coma, que envuelve a un diminuto núcleo sólido de gas y polvo congelados. Las nuevas observaciones revelan las señales de actividad más tempranas vistas hasta ahora en un cometa entrando por primera vez en la zona planetaria de nuestro sistema solar.
El cometa se está calentando más y más a medida que se aproxima al Sol. Dado que K2 se halla todavía muy lejos de la estrella y está tan frío, el hielo de agua en él es duro como una roca, y por eso parece evidente que la actividad descrita (toda la materia difusa que le otorga el aspecto típico de un cometa) no está producida por la evaporación del hielo de agua, como ocurre en otros cometas.
Las observaciones hechas con el telescopio espacial Hubble de la coma de K2 sugieren que la luz solar está calentando los gases volátiles congelados (como oxígeno, nitrógeno, dióxido de carbono y monóxido de carbono) que recubren la superficie gélida del cometa; y que la formación de la coma se debe a la emanación de esos gases volátiles desde la superficie, liberando con ello cantidades significativas de polvo.
El cometa efectuará su máxima aproximación al Sol en 2022, cuando pase justo más allá de la órbita de Marte.
La órbita de K2 indica que procede de la nube de Oort, una región esférica muy grande alrededor del Sol y los planetas y otros astros conocidos de nuestro sistema solar. Se cree que esta nube contiene cientos de miles de millones de cometas.
Calentado ligeramente por el remoto Sol, K2 ha empezado a desarrollar una nube de polvo difusa de unos 128.000 kilómetros de diámetro, la así llamada coma, que envuelve a un diminuto núcleo sólido de gas y polvo congelados. Las nuevas observaciones revelan las señales de actividad más tempranas vistas hasta ahora en un cometa entrando por primera vez en la zona planetaria de nuestro sistema solar.
El cometa se está calentando más y más a medida que se aproxima al Sol. Dado que K2 se halla todavía muy lejos de la estrella y está tan frío, el hielo de agua en él es duro como una roca, y por eso parece evidente que la actividad descrita (toda la materia difusa que le otorga el aspecto típico de un cometa) no está producida por la evaporación del hielo de agua, como ocurre en otros cometas.
Las observaciones hechas con el telescopio espacial Hubble de la coma de K2 sugieren que la luz solar está calentando los gases volátiles congelados (como oxígeno, nitrógeno, dióxido de carbono y monóxido de carbono) que recubren la superficie gélida del cometa; y que la formación de la coma se debe a la emanación de esos gases volátiles desde la superficie, liberando con ello cantidades significativas de polvo.
El cometa efectuará su máxima aproximación al Sol en 2022, cuando pase justo más allá de la órbita de Marte.
NCYT
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