Con sus dos soles en el cielo, Tatooine, el planeta de origen de Luke
Skywalker en la saga “Star Wars”, tiene el aspecto de un mundo arenoso,
desértico y abrasado. En la vida real, gracias a observatorios como el
telescopio espacial Kepler de la NASA, sabemos que los sistemas de dos
estrellas pueden efectivamente albergar planetas, aunque los
descubiertos hasta ahora alrededor de sistemas binarios son grandes y
gaseosos. Unos científicos se propusieron averiguar si un mundo de tipo
terrestre que orbitara alrededor de dos soles podría albergar vida, o
por el contrario hay impedimentos que lo harían imposible.
La ilustración muestra a un planeta
hipotético cubierto de agua alrededor del sistema binario de las
estrellas Kepler-35A y B. (Imagen: NASA/JPL-Caltech)
Resulta que tal planeta sí puede existir, y que su habitabilidad
podría ser muy buena si estuviera a la distancia adecuada de sus dos
estrellas, por lo que ni siquiera tendría necesariamente que poseer
desiertos. En un rango particular de distancias respecto a dos estrellas
anfitrionas parecidas a nuestro Sol, un planeta cubierto de agua
permanecería habitable y conservaría esta última durante mucho tiempo,
según un nuevo estudio.
Esto significa que los sistemas estelares dobles del tipo estudiado
son candidatos potenciales a albergar planetas habitables, a pesar de
las grandes variaciones en la cantidad de luz que recibirían los
hipotéticos planetas en tales sistemas.
El equipo de Max Popp, de la Universidad de Princeton en New Jersey, y
Siegfried Eggl, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en
Pasadena, California, todas estas instituciones en Estados Unidos, creó
un modelo para un planeta del sistema Kepler 35. En la realidad, la
pareja estelar Kepler 35A y B alberga un planeta gigante llamado Kepler
35b, con unas ocho veces el tamaño de la Tierra y con una órbita que
recorre en 131,5 días terrestres. Para su estudio, los investigadores
ignoraron la influencia gravitatoria de este planeta y añadieron otro
hipotético de tamaño terrestre y cubierto de agua alrededor de las
citadas estrellas. Examinaron entonces cómo se comportaría su clima a
medida que orbitase a su alrededor, siguiendo períodos de 341 y 380
días.
En la investigación de exoplanetas (planetas de fuera de nuestro
sistema solar), un aspecto muy importante es si están o no dentro de la
franja orbital conocida como “zona habitable”, el intervalo de
distancias alrededor de una estrella donde un planeta de tipo terrestre
tiene la mayor probabilidad de poseer agua líquida sobre su superficie.
En este caso, dado que dos estrellas están orbitando una alrededor de la
otra, la zona habitable depende de la distancia respecto al centro de
masas alrededor del cual ambas estrellas están girando. Para hacer las
cosas aún más complicadas, un planeta alrededor de dos estrellas no
viajaría siguiendo un círculo, sino que su órbita se bambolearía en
función de la interacción gravitatoria con las dos estrellas.
El equipo de Popp y Eggl halló que en el borde exterior de la zona
habitable en el sistema doble Kepler 35, el hipotético planeta cubierto
de agua experimentaría una gran variación en sus temperaturas
superficiales. Esto es análogo a cómo, en la Tierra, y en climas áridos
como los que son típicos en los desiertos, experimentamos grandes
variaciones de temperatura entre el día y la noche. La cantidad de agua
en el aire marca mucho esta diferencia.
Pero, más cerca de las estrellas, en las proximidades del borde
interior de la zona habitable, las temperaturas superficiales globales
promedio en el mismo planeta permanecerían casi constantes. Ello se debe
a que el vapor de agua conseguiría mantenerse en la atmósfera del
hipotético planeta, actuando como un amortiguador que mantendría
confortables las condiciones ambientales en la superficie.
NCYT
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