Aprovechando la extrema sensibilidad del Atacama Large
Millimeter/submillimeter Array (ALMA, en Chile), un grupo de
astrofísicos ha detectado un par de galaxias tipo Vía Láctea pero en el
universo distante y remoto, cuando tenía solo el 8% de su edad actual.
Ilustración de la progenitora de una
galaxia como nuestra Vía Láctea, vista cuando el universo tenía sólo
1.500 millones de años. A través de su superhalo de gas hidrógeno se
aprecia al fondo un brillante cuásar. (Foto: A. Angelich (NRAO/AUI/NSF))
Estas progenitoras de las galaxias espirales actuales aparecen
rodeadas de superhalos de gas hidrógeno que se extienden muchas decenas
de miles de años luz más allá de sus discos polvorientos repletos de
estrellas. Los detalles se publican esta semana en la revista Science.
Inicialmente los astrónomos detectaron las dos galaxias analizando la
intensa luz de cuásares aún más lejanos. A medida que esta luz viaja
hacia la Tierra a través de estas galaxias intermedias, capta la firma
espectral de su gas.
Esta técnica, sin embargo, impide ver la luz real emitida por la
propia galaxia, que es superada con creces por la emisión mucho más
brillante del cuásar del fondo.
"Imagina una pequeña luciérnaga delante de un potente foco de luz detrás. Eso es a lo que nos enfrentamos cuando tratamos de observar estas versiones juveniles de nuestra galaxia", explica Marcel Neeleman, investigador de la Universidad de California en Santa Cruz (EE UU) y autor principal del estudio.
Pero los instrumentos de ALMA ayudaron a solventar el problema, ya
que permitieron buscar firmas de emisión infrarroja (de carbono
ionizado) propias de las galaxias y que se podían distinguir de la luz
brillante de los cuásares. Combinando mediciones de emisión con datos de
absorción, el equipo pudo identificar los objetos de primer plano como
galaxias masivas formadoras de estrellas a principios de su evolución y
medir sus tasas de formación estelar.
"Ahora podemos ver las galaxias mismas, lo que nos da una oportunidad asombrosa de aprender sobre la historia más temprana de nuestra propia galaxia y otras como ella", concluye Neeleman.
SINC
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