Más de 100.000 millones de micrometeoritos caen a la Tierra cada año.
Hasta ahora, muchos científicos creían que estos diminutos granitos
podían solo encontrarse en terrenos muy limpios e inalterados, como la
Antártida. En una nueva investigación, el equipo de M.J. Genge, del
Imperial College de Londres en el Reino Unido, muestra que, en contra de
lo esperado, se pueden encontrar micrometeoritos con bastante facilidad
de los tejados de las ciudades (para este ejemplo, principalmente en
Noruega), y que, a diferencia de los micrometeoritos de la Antártida,
son los más recientes recogidos hasta la fecha.
Imágenes micrométricas de esférulas cósmicas urbanas. (Fotos: M.J. Genge et al., Geology)
No se trata de una idea nueva. Entre los astrónomos aficionados se ha
creído desde hace mucho que ese polvo extraterrestre moderno puede ser
recogido de los tejados de zonas urbanas, y de hecho en un estudio de
1941 ya se abordaba el tema.
Se cree que los micrometeoritos incluyen en su composición materiales
derivados tanto de asteroides como de cometas. Aunque algunas
partículas de polvo más pequeñas sobreviven a la entrada atmosférica sin
sufrir un calentamiento significativo, los informes muestran que la
mayoría se funde durante su paso a través de la atmósfera. Según Genge y
sus colegas, las más abundantes, y en particular las de tamaño mayor,
son esférulas cósmicas (pequeñas esferas que antes fueron gotas de
materia pétrea líquida, y que presentan texturas típicas, resultado de
su enfriamiento desde temperaturas muy elevadas.
Genge y sus compañeros han finalizado un estudio de 500
micrometeoritos recogidos entre las partículas recogidas por el Proyecto
Stardust (organizado desde Oslo, Noruega) en áreas urbanas. Los
resultados indican que un subgrupo de 48 partículas son esférulas
cósmicas, constituyendo los micrometeoritos grandes más jóvenes
recogidos hasta la fecha.
NCYT
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