Como se informó inicialmente el pasado noviembre, se han detectado
anomalías en los relojes atómicos de los satélites de la constelación
europea Galileo.
Estas anomalías se han producido en cinco de los 18 satélites en
órbita, aunque todos continúan funcionando y la provisión de los
servicios iniciales de Galileo no se ha visto afectada.
La determinación ultraprecisa de la hora es fundamental para la
navegación por satélite. Cada miembro de Galileo aloja cuatro relojes
atómicos que garantizan la redundancia cuádruple del subsistema de
sincronización: dos relojes estándar de frecuencia atómica de rubidio
(RAFS) y dos relojes de máser pasivo de hidrógeno (PHM).
La constelación Galileo actualmente está formada por 18 satélites en
órbita, que suman un total de 36 relojes RAFS y otros 36 relojes PHM.
En los últimos meses, un total de tres relojes RAFS han fallado
inesperadamente en los satélites de Galileo; en todos los casos se
hallaban embarcados en satélites con Capacidad Plena de Operaciones
(FOC), el último modelo de la constelación. Estos fallos parecen
compartir un rasgo común, vinculado a probables cortocircuitos, y es
posible que tengan que ver con un procedimiento de ensayo específico
llevado a cabo en tierra, aunque las investigaciones para dar con la
causa final continúan en curso.
Por el contrario, no se ha producido fallo alguno en los relojes RAFS
a bordo de los satélites en fase de Validación en Orbita (IOV), el
modelo original de Galileo. Además, se ha comprobado el reloj RAFS
alojado en el primer satélite de navegación de pruebas de la ESA,
GIOVE-A, lanzado en 2005, y se ha reactivado con éxito.
Durante las continuas investigaciones en tierra se han identificado
posibles debilidades en el diseño de los relojes RAFS, aunque aún no se
ha podido dar con su origen.
En los últimos dos años se han producido cinco averías en los relojes
PHM a bordo de los satélites IOV y otra en los satélites FOC.
Estos fallos están mejor identificados, y se deben a dos causas
aparentes. Una sería el bajo margen de un parámetro concreto que, en
ciertas unidades, provoca un fallo. La segunda tiene que ver con el
hecho de que, cuando ciertos relojes PHM ‘sanos’ permanecen apagados
durante mucho tiempo, no se reinician debido a un cambio en las
características del reloj una vez en órbita. Hasta el momento, dos
relojes PHM han fallado debido a la primera causa y, otros cuatro, a la
segunda.
Se cree que la probabilidad de fallo en los 33 relojes RAFS en órbita
restantes es menor, gracias a los distintos procedimientos de ensayo
realizados en tierra antes de su lanzamiento. Además, se han tomado
nuevas medidas operacionales para minimizar el riesgo. No obstante,
estas no afectarán al funcionamiento general de Galileo.
Aunque las investigaciones por parte de la ESA y de sus socios
industriales continúan, hay consenso en que es necesario remodelar los
relojes RAFS que quedan por lanzar a bordo de los ocho satélites Galileo
que se están construyendo o probando en estos momentos.
En cuanto a los otros 30 relojes PHM funcionando en órbita, se están
estudiando posibles procedimientos operacionales para reducir
significativamente el riesgo de futuros fallos. Estas medidas están
siendo validadas antes de su aplicación, prevista para dentro de unas
semanas.
En general, tres de los cuatro satélites IOV han experimentado anomalías en sus relojes, así como dos de los 14 satélites FOC.
Como el director general de la ESA, Jan Woerner, comentó durante su
rueda de prensa del 18 de enero, ningún satélite de Galileo ha
experimentado más de dos fallos de reloj, por lo que la potente
redundancia cuádruple del sistema ha permitido que los 18 miembros de la
constelación hayan seguido funcionando. Esta incluye un satélite que da
soporte exclusivamente al Servicio Abierto (OS) para aplicaciones de
consumo masivo y dos satélites en órbitas elípticas que, por su parte,
se reintegrarán según lo previsto en la constelación para su uso desde
dichas órbitas.
Asimismo, los servicios iniciales de Galileo, que comenzaron el 16 de
diciembre, tampoco se han visto afectados por estas anomalías.
En estos momentos se está estudiando el impacto de la remodelación de
los relojes RAFS y PHM en el calendario de lanzamientos de Galileo,
pero la ESA confía en que los problemas con los relojes se resolverán
cuanto antes y reafirma su compromiso por lanzar los próximos cuatro
satélites FOC de Galileo antes de finalizar el año.
esa
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