Bastantes de los fragmentos de asteroides que caen en la Tierra
poseen unas piedrecillas redondas de tamaño milimétrico, conocidas como
cóndrulos.
Se cree que estas pequeñas partículas son los “ladrillos” originales de los astros formados en torno al Sol.
Sin embargo, la comunidad científica no ha podido explicar hasta
ahora cómo exactamente los cóndrulos dieron lugar a los asteroides y
cuerpos similares.
En un nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo de Anders Johansen,
de la Universidad de Lund en Suecia, se ha esclarecido un aspecto clave
de este proceso:
Resulta que los cóndrulos tienen exactamente el tamaño adecuado para
ser frenados por el gas que orbitaba alrededor del joven Sol, y eso
facilitó su captura por la gravedad de los protoasteroides. En cierto
modo, su caída y acumulación fueron comparables a las de la arena en una
tormenta de arena.
En la investigación también han trabajado Mordecai-Mark Mac Low, del
Museo Americano de Historia Natural en la ciudad estadounidense de Nueva
York, Martin Bizzarro, de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, y
Pedro Lacerda, del Instituto Max Planck para la Investigación del
Sistema Solar en Gotinga, Alemania.
NCYT
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