El masivo Kepler-432b tiene estaciones extremas y un destino fatal escrito en las estrellas
Ilustración de la órbita de Kepler-432b (interior, de color rojo) en comparación con la órbita de Mercurio alrededor del Sol (exterior, naranja). El punto rojo en el centro indica la posición de la estrella alrededor de la cual el planeta está orbitando. El tamaño de la estrella se muestra a escala, mientras que el tamaño del planeta se ha magnificado diez veces con fines ilustrativos
Quizás deje de echar de menos el soleado verano en este crudo invierno del hemisferio norte terrestre si le proponen un destino vacacional como el que ahora va a conocer. Se trata de un nuevo planeta, Kepler-432b, descubierto más allá del Sistema Solar por investigadores del Centro de Astronomía de la Universidad de Heidleberg (ZAH) y el Instituto Max Planck de Astronomía (MPIA) en la misma ciudad. Si pudiera llegar hasta allí, cosa imposible por ahora, se encontraría con un mundo muy raro, uno de los más densos y masivos que se conocen hasta el momento. Tiene aproximadamente el mismo tamaño de Júpiter, pero seis veces su masa. La forma y el tamaño de su órbita también son inusuales: se aleja y se acerca de forma extrema con respecto a su estrella, una gigante roja que, fatalmente, se lo tragará en menos de 200 millones de años. Durante su año, que dura 52 días terrestres, las temperaturas pasan de los 500ºC del invierno a los 1.000ºC del verano.
«La mayoría de los planetas conocidos en movimiento alrededor de estrellas gigantes tienen órbitas grandes y circulares. Con su órbita pequeña y muy alargada, Kepler-432b es un verdadero 'inconformista' entre los planetas de este tipo», dice Davide Gandolfi, del observatorio estatal Königstuhl, que forma parte del Centro de Astronomía, y uno de los descubridores del planeta. La estrella en torno a la cual orbita Kepler-432b ya ha agotado el combustible nuclear en su núcleo y se está ampliando progresivamente. Su radio ya es cuatro veces el de nuestro Sol y será aún mayor en el futuro.
La órbita trae a Kepler-432b increíblemente cerca de su estrella en algunos momentos y mucho más lejos en otros, creando así enormes diferencias de temperatura a lo largo del año del exoplaneta, lo que corresponde a 52 días terrestres. «Durante la temporada de invierno, la temperatura en Kepler-432b es de aproximadamente 500ºC. En la corta temporada de verano, puede aumentar a casi 1.000ºC», afirma Sabine Reffert, también del observatorio Königstuhl.
Desde Andalucía y Canarias
Kepler-432b fue identificado previamente como candidato a planeta por la misión Kepler de la NASA. Desde el punto de vista de la Tierra, el planeta pasa por delante de su estrella, oscureciendo periódicamente la luz estelar y delatando su existencia. Después, los investigadores alemanes utilizaron el telescopio de 2,2 metros en el Observatorio de Calar Alto, en Andalucía, y el Telescopio Óptico Nórdico, en La Palma, para recoger nuevos datos. De este modo, pudieron adquirir las mediciones de alta precisión necesarias para determinar la masa del planeta.
Sin embargo, «los días de Kepler-432b están contados», añade Mauricio Ortiz, estudiante de doctorado en la Universidad de Heidelberg, quien dirigió uno de los dos estudios del planeta. «En menos de 200 millones de años, Kepler-432b será tragado por su estrella anfitriona en continua expansión. Esta podría ser la razón por la cual no encontramos otros planetas como Kepler-432b, astronómicamente hablando, ya que sus vidas son extremadamente cortas».
ABC
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