Un equipo de físicos en el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) han creado un diseño de reloj atómico compacto que cuenta con átomos de rubidio en frío en lugar de los átomos calientes habituales, un cambio que promete mejorar la precisión y la estabilidad.
Descrito en un nuevo documento, publicado en 'Physical Review', el corazón del reloj prototipo (la cámara de vacío que contiene los átomos) es aproximadamente del tamaño de una taza de café, 150 centímetros cúbicos. Es 10 veces más grande que la versión final, pero cuando esté miniaturizado y mejorado, el reloj del NIST tendrá el potencial de ser aproximadamente del mismo tamaño que los relojes atómicos a escala de chip, sólo que 1.000 veces más preciso.
"Estamos tratando de dar un empujón a los relojes ultraportátiles pero con niveles de rendimiento más altos", ha señalado una de las autoras principales del trabajo, Elizabeth Donley, quien ha apuntado que "el objetivo es hacer un reloj que ni siquiera necesite calibración".
NIST fue pionera en el desarrollo de relojes atómicos en tamaño chip en 2004. Estos relojes, de diseño similar al que ahora presentan, pero con átomos de gas caliente, se comercializaron hace unos años. Desde entonces, en los últimos ocho años, NIST decidió buscar una nueva forma de mejorar estos aparatos.
Los de átomos calientes funcionan bien para muchas aplicaciones que requieren sincronización de temporización en períodos cortos, tales como los receptores GPS. Sin embargo, la precisión de reloj tiende a variar con lapsos de tiempo más allá de unas pocas horas, debido a que los átomos se dispersan en los gases de alta presión.
Según ha indicado NIST, el nuevo reloj de átomos fríos no utiliza estos gases en absoluto, eliminando así esta fuente de error. Las mejoras de este tipo podría extender el uso de pequeños relojes de baja potencia para las aplicaciones más exigentes, tales como sincronización de redes de telecomunicaciones.
europapress
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