Nuestro agujero negro central despertó de forma brutal y emitió tal cantidad de energía que los satélites todavía pueden detectar su extraño resplandor
Un agujero negro supermasivo, cuya masa es 4 millones de veces mayor que la del Sol, se sitúa en el centro de nuestra galaxia, a 26.000 años luz de la Tierra. Se denomina Sagitario A* y los científicos lo comparan con un gigantesco volcán dormido. Desde hace tiempo, existen sospechas de que en algún momento de su pasado produjo una gran explosión, un estallido del que aún queda una señal, un filamento de gases llamado la Corriente de Magallanes. Ahora, por primera vez, un equipo de investigadores del Observatorio Astronómico Australiano en Sídney cree haber encontrado pruebas para datar el momento de la «erupción». Sucedió hace dos millones de años, una eternidad para nosotros pero no mucho en la larga vida del Universo.
La evidencia de esa explosión proviene de la Corriente de Magallanes, un filamento de gas, principalmente hidrógeno, parecido al encaje, que va por detrás de dos pequeñas galaxias compañeras de la nuestra, las Nubes de Magallanes Grande y Pequeña.
«Durante veinte años hemos visto un resplandor extraño de la Corriente de Magallanes», afirma Joss Bland-Hawthorn, profesor de la Universidad de Sídney, miembro del Observatorio Astronómico de Australia y responsable del estudio. «Nosotros no entendíamos la causa. Entonces, de repente nos dimos cuenta de que debía ser la marca, el registro fósil, de una gran explosión de energía en el centro de nuestra galaxia».
«Se ha sospechado durante mucho tiempo que nuestro centro galáctico podría haber estallado esporádicamente en el pasado. Estas observaciones son una evidencia muy sugestiva», afirma el astrónomo Martin Rees, uno de los primeros en sugerir que los agujeros negros generan la energía procedente de los quásares y galaxias con centros «activos».
Puede volver a ocurrir
El agujero negro supermasivo de la galaxia se conoce desde hace décadas. Está orbitado por un enjambre de estrellas cuyos caminos permiten a los científicos medir la masa del agujero negro: cuatro millones de veces la del Sol. La región alrededor de Sagitario A* derrama ondas de radio, infrarrojos, rayos X y rayos gamma.
Los destellos de radiación aumentan cuando las pequeñas nubes de gas caen en el disco caliente de materia que gira alrededor del agujero negro. Pero han construyendo la evidencia de un verdadero cataclismo en el pasado. Los satélites de infrarrojos y rayos X han observado un fuerte «viento», una expulsión de material de la región central del agujero. Y están las «burbujas de Fermi», dos enormes burbujas de gas caliente hinchándose hacia fuera desde el centro de la galaxia.
«Todo esto apunta a una gran explosión», asegura el miembro del equipo Philip Maloney, de la Universidad de Colorado en Boulder (EE.UU.). «Lo que los astrónomos llaman una llamarada Seyfert».
¿Puede una explosión semejante ocurrir de nuevo? «Hay un montón de estrellas y nubes de gas que puedan caer sobre el disco caliente alrededor del agujero negro», dice el profesor Bland- Hawthorn. «Existe una nube de gas denominada G2 que creemos que va a caer durante el próximo año. Es pequeña, pero estamos esperando los fuegos artificiales!».
ABC.es
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