Hacen las delicias de los 'cazatormentas', pero los tornados son tan peligrosos y más veloces que los huracanes.
Si atravesamos un tornado volaríamos sin alas durante unos cientos de metros. Son típicos de las grandes praderas de los EEUU pero ocurren también en España.
Las velocidades en su interior pueden llegar a los 500 km/h. Son vórtices verticales que giran a muy alta velocidad con aire ascendente y descendente. Se forman cuando hay cizalla vertical del viento horizontal en la atmósfera, como cuando hacemos un rodillo de barro o de arena.
Ese rodillo horizontal se va poniendo vertical y necesita aire con alta humedad relativa, abajo, y aire muy frío en altura. Como la velocidad interior es alta, la presión interior es baja, y el vórtice se estrecha.
Al estrecharse, como una patinadora cuando cierra los brazos, debe aumentar la velocidad de rotación. El fenómeno es de realimentación positiva y se amplifica hasta que el vórtice deja de succionar humedad, su fuente de energía, y el tornado se deshace.
Si atravesamos un tornado volaríamos sin alas durante unos cientos de metros. Son típicos de las grandes praderas de los EEUU pero ocurren también en España.
Las velocidades en su interior pueden llegar a los 500 km/h. Son vórtices verticales que giran a muy alta velocidad con aire ascendente y descendente. Se forman cuando hay cizalla vertical del viento horizontal en la atmósfera, como cuando hacemos un rodillo de barro o de arena.
Ese rodillo horizontal se va poniendo vertical y necesita aire con alta humedad relativa, abajo, y aire muy frío en altura. Como la velocidad interior es alta, la presión interior es baja, y el vórtice se estrecha.
Al estrecharse, como una patinadora cuando cierra los brazos, debe aumentar la velocidad de rotación. El fenómeno es de realimentación positiva y se amplifica hasta que el vórtice deja de succionar humedad, su fuente de energía, y el tornado se deshace.
ELMUNDO.es
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