El observatorio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha completado el estudio más detallado del viento de una estrella gigante, que ha determinado que no se trata de una brisa uniforme sino que se fragmenta en cientos de miles de piezas.
Según ha explicado la ESA, las estrellas masivas son relativamente raras, pero juegan un papel muy importante en el reciclaje de materiales en el Universo. Su combustible nuclear se quema mucho más rápidamente que el de estrellas como el Sol, porque viven sólo durante millones de años antes de explotar y devolver la mayor parte de su materia al espacio.
"Pero incluso durante sus breves vidas, pierden una parte importante de su masa por los vientos feroces de gas que expulsan", ha expliccado la ESA, que ha apuntado que estos vientos son, por lo menos, cien millones de veces más fuerte que el viento solar que emite el Sol. De hecho, su ferocidad podría provocar el colapso de nubes circundantes de gas y polvo para formar nuevas estrellas.
Pero, a pesar de su importante papel, la estructura detallada de los vientos provenientes de estrellas masivas sigue siendo poco conocida. Por ello, los astrónomos han obtenido datos con XMM-Newton a lo largo de una década con el fin de estudiar la variabilidad en la emisión de rayos X desde una de las estrellas más cercanas a la Tierra, conocida como Zeta Puppis.
Los rayos X surgen de las colisiones entre cúmulos de lento y rápido movimiento en el viento, lo que les calienta a unos pocos millones de grados. Como grupos individuales que chocan con el viento se calientan y se enfrían y la energía de los rayos X emitidos varía.
De este modo, si solo están presentes un pequeño número de grandes fragmentos, las variaciones en la emisión combinada podría ser grande. Por el contrario, si el número de fragmentos crece, los cambios en la emisión de rayos X de cualquier fragmento se vuelve menos importante, y disminuye la variabilidad global.
En Zeta Puppis, se halló que la emisión de rayos X era muy estable en escalas de tiempo cortas, de sólo unas pocas horas, señalando a un gran número de fragmentos. Sin embargo, la variación inesperada en la emisión se ve en el orden de varios días, lo que implica la presencia de unas pocas estructuras muy grandes en el viento.
"Los estudios en otras longitudes de onda había insinuado ya que los vientos provenientes de estrellas masivas no son simplemente una brisa uniforme, y los nuevos datos de XMM-Newton lo confirmar, pero también revelan cientos de miles de piezas individuales de agua caliente y fría", ha explicado el autor principal del estudio, Yael Nazé. Estas observaciones eran necesarias para mejorar los modelos de vientos estelares, teniendo en cuenta tanto las estructuras de las emisiones a gran escala y el viento muy fragmentado. Ahora, se podrá comprender mejor cómo afectan a la pérdida de masa en gigantes estelares, ha concluido la ESA.europapress
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