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Esta animación, creada a partir de las imágenes tomadas por el satélite ESA/NASA SOHO, muestra la aproximación del cometa ISON al Sol entre los días 27 y 30 de noviembre de 2013.

ISON alcanzó el punto de su trayectoria más próximo al Sol el pasado día 28 de noviembre por la noche, pasando a tan sólo 1.2 millones de kilómetros de su superficie visible. En un primer momento se pensó que el cometa se había desintegrado durante su feroz encuentro, y que sólo algunos restos de su cola seguían la trayectoria original. Sin embargo, al día siguiente parecía claro que algo había sobrevivido – posiblemente un trozo del núcleo, rodeado por un montón de polvo. La huella del cometa se fue desvaneciendo lentamente, hasta que abandonó el campo visual de SOHO el 30 de noviembre. A lo largo de las próximas semanas, los científicos analizarán los datos recogidos durante la aproximación de ISON al Sol para desvelar la intrigante secuencia de eventos que tuvo lugar.

El disco opaco en el centro de la imagen es una máscara en el instrumento LASCO de SOHO que bloquea la luz directa del Sol para permitir el estudio de los tenues detalles de su atmósfera, la corona. El círculo blanco en su interior indica el tamaño y la posición del Sol visible. Las imágenes de color azul de esta secuencia fueron tomadas por el instrumento LASCO C3, cuyo campo visual abarca de 3.5 a 30 radios solares; las rojas proceden de LASCO C2, que cubre el rango de 1.5 a 6 radios solares.



ISON: ¿Sigue vivo?

ISON: ¿estás ahí?

¿Qué queda del cometa después de su paso por el perihelio?

Las observaciones desde tierra, permitirán conocer si conserva su núcleo.

ISON pudiera estar “vivo”. Es difícil conocer su actual estado, precisar si solo ha sobrevivido la cola o todavía queda algo del núcleo helado del cometa. Las únicas imágenes disponibles son las proporcionadas por los telescopios solares espaciales (principalmente SOHO, ver imagen) que no tienen resolución suficiente para poder distinguir detalles de la condensación central más brillante donde normalmente se encuentra el núcleo de los cometas. La única conclusión posible con los datos disponibles es que ISON sigue vivo, pero no sabemos en qué estado.

Desde el Observatorio del Teide, el único telescopio que pudo realizar un seguimiento de ISON, cerca del perihelio, fue el Telescopio Solar THEMIS (INSU-CNRS, Francia).

THEMIS intentó su detección el día 27 de noviembre, justo un día antes del paso por el perihelio. "Estamos observando una estrella de magnitud 5 al lado del cometa ISON. La vemos en pleno día , pese a su cercanía al Sol. En cambio, no hay ni rastro del cometa. Eso quiere decir que o bien tiene una magnitud inferior a 5, o bien no tiene núcleo y la luz está repartida por una zona amplia de forma más o menos homogénea." comenta Arturo López Ariste astrónomo de THEMIS.

“El cometa ha reaparecido después del paso por el perihelio. A pesar de las altas temperaturas y la intensa radiación solar las cámaras del Telescopio Solar Espacial SOHO han detectado a ISON después del perihelio. Es difícil predecir lo que puede suceder en los próximos días pero es muy probable que podamos detectar la cola del cometa en los próximos días desde tierra” comenta Serra-Ricart. “Debemos volver a dirigir las miradas al cielo de madrugada. Suponiendo que el cometa tenga un brillo parecido a los días antes del perihelio, el cometa volverá a ser visible a partir del día 4-5 de diciembre justo una hora antes del amanecer. La expectación es muy grande pues no sabemos la imagen que nos ofrecerá ISON” añade Serra-Ricart.

“Aún es pronto para certificar la destrucción del núcleo de ISON; la información que tenemos no es concluyente. Como era de esperar la cola sigue ahí. Está formada por el polvo y gas que salió del cometa antes del encuentro y aunque el núcleo estuviera destruido y el cometa por tanto no emitiera más polvo, seguiríamos viendo esta cola durante días hasta que el polvo se disperse en el espacio”, asegura Javier Licandro astrofísico del IAC.

“El hecho de que con Themis no detectaran la región central del cometa, donde se encuentra el objeto en sí mismo, es significativo. Indica que si el núcleo sobrevivió, no está emitiendo grandes cantidades de polvo. Si así fuera deberíamos ver una condensación central muy brillante. Parece en cambio que esa zona de la cabellera del cometa está muy difuminada, dando a entender que el polvo en ella está muy disperso y que es mayoritariamente, por tanto, polvo emitido hace ya algunos días. Podría ser entonces que el núcleo se ha destruido y no hay nada emitiendo, o que lo que queda de él es muy pequeño. Para saberlo sólo nos queda seguirlo observando y esperar unos días a ver como evoluciona y en particular, a verlo cuando se aleje del Sol con telescopios que permitan ver en mayor detalle la cabellera del cometa” observa Javier Licandro.

Para conocer el desenlace final, deberemos esperar las observaciones desde tierra. Será entonces cuando realmente podremos saber si ISON conserva, o no, un núcleo.



El cometa ISON parece haber sobrevivido a su encuentro con el sol



El cometa ISON entró en los anales de la historia de la astronomía en la noche del 28 de noviembre, cuando pasó cerca del Sol y, las últimas actualizaciones sugieren que resurgió al otro lado, después de que muchos observadores del cielo lo habían dado por muerto.

Aún así, las imágenes más recientes indican de que la mayor parte del núcleo de ISON se desintegró a medida que el cometa se acercó al Sol, dejando sólo una pequeña posibilidad para que sea posible verlo a simple vista en el hemisferio norte en las próximas semanas.

El análisis de la luz que proviene de ISON determinará si se ahora se trata sólo de un chorro de polvo y gas, o si alguna porción significativa sobrevivió, dice Gerhard Schwehm, experto en cometas de la Agencia Espacial Europea con sede en Noordwijk, Países Bajos y ex jefe de la División de Operaciones de Ciencia del Sistema Solar de la ESA. “Ya sea que sólo hay una pequeña porción, o el núcleo está realmente totalmente desintegrado, acabamos de ver los restos del cometa”, dice.

El futuro de ISON aún no está claro, pero ya se ha puesto patas arriba el conocimiento científico de estos cometas . ISON hacía su primer y posiblemente único viaje desde los profundos y helados confines del Sistema Solar exterior, hasta el horno de la corona exterior del Sol. Nunca antes los investigadores siguieron a un cometa de forma tan prístina tan cerca del sol. ardiente. La radiación y las poderosas fuerzas gravitacionales golpearon y estiran la ‘bola de hielo sucio “-como los cometas son llamados a veces en referencia a su composición- cuando se acercaba a la estrella.

Las imágenes de los satélites de observación inicialmente mostraron a ISON como había aparecido desde hace meses: un núcleo sólido seguido de una amplia cola de polvo e iones.

Pero a medida que ISON se acercaba a la estrella, las cosas se pusieron más confusas. Los análisis de la luz capturada por las sondas gemelas STEREO de la NASA parecían demostrar que el cometa crecía en intensidad. A continuación, las imágenes del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, que debería haber capturado a ISON en su punto más cercano al Sol, no mostraron absolutamente nada. Después, el Observatorio Solar y Heliosférico vio un débil resplandor en el otro lado del Sol, en una trayectoria donde se habría esperado que el cometa apareciera. Parecía una marca de spray.

Si cualquier porción considerable de ISON permanece intacta se determinará en las próximas horas y días. Karl Battams, astrofísico en el Laboratorio de Investigación Naval en Washington DC que se especializa en este tipo de cometas solares, resumió el asombro y la frustración de muchos. En Twitter, después de un largo día de cambios conflictivos, escribió que él y un colega habían “mirado, literalmente, un par de miles de cometas solares y nunca habían visto un comportamiento como el de ISON.

Astrónomos rusos descubrieron ISON en septiembre de 2012 mediante el uso de la Red Internacional Científica Óptica. La investigación sugiere que hace millones de años, una estrella de paso lanzó fuera un depósito de los cometas, mucho más allá de Plutón.

No existe una definición estricta de estos cometas solares, y la mayoría por lo que se sabe, son mucho más pequeños que ISON. Tal vez la analogía más cercana es el cometa Lovejoy, que en 2011 pasó a través de los tramos superiores de la atmósfera solar y salió casi intacto. Lovejoy se desintegró varios días más tarde, proporcionando una hermosa vista en el cielo del hemisferio sur. Otro cometa similar, el Ikeya-Seki, se rompió en fragmentos después de volar más allá del Sol en 1965.

Los científicos expertos en cometas han argumentado durante meses que ISON sobreviviría a su paso a tan sólo 1,2 millones de kilómetros del Sol. Su tamaño relativamente pequeño, no más de aproximadamente un kilómetro de diámetro, sugirió que podría ser particularmente vulnerable a la interrupción.

Basado en el análisis fotométrico de brillo del cometa, Battams dice que parece que un “trozo” haya sobrevivido, pero es imposible determinar su tamaño con los instrumentos disponibles. “Preferiríamos tener un día más antes de especular sobre el futuro de este objeto, ya que existe la posibilidad de que se trate de un conjunto disperso de escombros que se desvanecerá rápidamente. Dicho esto, en este momento parece que se comporta como un cometa “, dice.

A pesar de que nadie sabe realmente lo que pasó con él todavía, ISON es probablemente el cometa más observado jamás.
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