Tarde o temprano se enviará un robot a la superficie de Europa, una luna de Júpiter conocida por lo que parece ser un océano de agua líquida bajo su gruesa corteza de hielo, y que podría albergar formas simples de vida. Para diseñar debidamente el robot y todos los accesorios necesarios para su trabajo allí, hay que tener claros primeramente los objetivos principales a investigar. En un estudio preliminar sobre el tema, el equipo de Robert Pappalardo, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California, se ha centrado en los puntos más importantes que habrá que tratar desde el inicio de los preparativos de una misión a Europa.
Por un lado, están las tecnologías requeridas para explorar Europa del modo que se requiere (intentando acceder, en la medida de lo posible, a muestras de agua de ese mar) y por otro la selección del punto de aterrizaje. "Europa es el lugar fuera de la Tierra con más probabilidades en nuestro sistema solar de albergar vida actualmente, y una misión de aterrizaje sería la mejor manera de buscar señales de vida", subraya Pappalardo.
En este estudio han trabajado científicos de diversos centros de la NASA y universidades, incluyendo el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Laurel, Maryland, la Universidad de Colorado en Boulder, la de Texas en Austin, y el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland.
El equipo identificó las principales preguntas con las cuales empezar las investigaciones en Europa, y están referidas a su composición: ¿De qué están hechas las "pecas" rojizas y las grietas de tonalidad similar que manchan la superficie helada? ¿Qué clase de reacciones químicas ocurren allí? ¿Hay moléculas orgánicas, de las que constituyen los "ladrillos" de la vida?
Este gráfico muestra el diseño de una posible sonda de aterrizaje para una futura misión al satélite Europa. (Imagen: NASA/JPL-Caltech)
Otras prioridades adicionales son obtener más imágenes de Europa con mayor resolución, que proporcionen el contexto necesario para las mediciones de su composición, o responder preguntas relacionadas con la actividad geológica y la presencia de agua líquida: ¿Cuán activa es la superficie? ¿Hasta qué punto los tirones gravitatorios de Júpiter generan mareas o tensiones estructurales en el satélite? ¿Qué es lo que todas estas observaciones pueden decirnos sobre las características del agua líquida bajo la superficie helada?
Los científicos desean una sonda de aterrizaje equipada con las herramientas necesarias para responder preguntas clave sobre la composición de la luna, su actividad geológica y la posibilidad de que albergue agua líquida.
Recreación artística de un paisaje probable de Europa. La superficie helada y potencialmente abrupta del satélite puede verse en primer plano. El inmenso planeta Júpiter aparece en el horizonte. (Imagen: NASA/JPL-Caltech)
El aterrizaje en la superficie de Europa será un paso clave en la investigación exobiológica de ese mundo, tal como valora Chris McKay, un conocido experto y pionero en investigaciones del campo de la astrobiología, y científico del Centro Ames de Investigación de la NASA, en Moffett Field, California.
Este estudio perfila, en definitiva, la ciencia que podría hacerse en tal aterrizaje. La esperanza es que los materiales de la superficie, posiblemente cerca de las características grietas lineales, incluyan biomarcadores transportados a la superficie desde el océano.
NCYT
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