Un equipo internacional de investigadores encabezado por Chin-Fei
Lee, del Instituto de Astronomía y Astrofísica Academia Sinica (ASIAA),
en Taiwán, produjo una nueva imagen de alta fidelidad con el Atacama
Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) (Chile) donde se ve una
protoestrella alimentándose de un polvoriento disco de acreción en forma
de hamburguesa. La nueva imagen no solo confirma la formación de un
disco de acreción alrededor de una protoestrella muy joven, sino que,
por primera vez, revela la estructura vertical del disco en la primera
etapa de un proceso de formación estelar.
Representación artística de un disco de
acreción que alimenta a la protoestrella central con sus chorros
bipolares. (Créditos: Yin-Chih Tsai/ASIAA)
Además de poner en tela de juicio algunas de las teorías vigentes
sobre la formación de estos discos, el hallazgo podría aportar
información valiosa sobre el proceso de crecimiento y aglomeración de
los granos, tan importante para la formación de los planetas.
“Es increíble ver una estructura tan detallada de un disco de acreción tan joven. Los astrónomos llevan muchos años buscando discos de acreción en etapas iniciales de formación estelar para determinar su estructura, la manera en que se forman, y cómo se desarrolla el proceso de acreción. Ahora, usando ALMA y su plena capacidad de resolución, no solo pudimos detectar un disco de acreción sino también resolverlo en detalle, en especial su estructura vertical”, celebra Chin-Fei Lee.“En las primeras etapas de formación estelar, hay dificultades teóricas para generar un disco como este, porque los campos magnéticos pueden ralentizar la rotación del material que colapsa y, de esa forma, impedir que se forme el disco alrededor de la joven protoestrella. De este hallazgo se desprende que el efecto retardante de los campos magnéticos en la formación de los discos puede no ser tan eficiente como habíamos creído”, explica Zhi-Yun Li, de la Universidad de Virginia.
HH 212 es un sistema protoestelar cercano ubicado en Orión, a una
distancia de aproximadamente 1.300 años luz. La protoestrella central es
muy joven, pues tiene apenas unos 40.000 años (cerca de 10 millonésimas
partes de la edad de nuestro Sol), y tiene una masa aproximada a una
quinta parte de la del Sol. Como tiene un potente chorro bipolar, la
protoestrella debe generar acreción de material con eficiencia.
Las observaciones realizadas anteriormente a una resolución de 200
unidades astronómicas (UA) habían detectado únicamente un envoltorio
plano que fluía en espiral hacia el centro y rastros de un pequeño disco
de polvo cerca de la protoestrella. Con las observaciones realizadas
por ALMA a una resolución de 8 UA, es decir, 25 veces mayor, se logró
una resolución espacial del disco de polvo en longitudes de onda
submilimétricas.
El disco está casi de perfil y tiene un radio de unas 60 UA. Lo
interesante es que se ve una prominente franja ecuatorial oscura
atrapada entre dos zonas más brillantes, causada por una temperatura
relativamente baja y una alta profundidad óptica cerca del plano medio
del disco. Por primera vez se pudo ver esta oscura franja en longitud
submilimétrica, y el resultado es una forma de hamburguesa que recuerda a
la imagen de luz dispersa de un disco de perfil en los espectros óptico
e infrarrojo cercano. La estructura de la franja oscura es una clara
señal de que el disco se ensancha, tal como predicen los modelos de
discos de acreción.
Nuestras observaciones abren la fascinante posibilidad de detectar y
caracterizar los pequeños discos que rodean las protoestrellas más
jóvenes mediante la obtención de imágenes de alta resolución con ALMA,
lo que permite afinar considerablemente las teorías sobre la formación
de estos discos. Estas observaciones de la estructura vertical también
ofrecen información crucial sobre los procesos de crecimiento y
aglomeración de los granos, determinantes para las primeras etapas de la
formación de los planetas.
OBSERVATORIO ALMA/DICYT


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