Unos científicos pronostican un cambio en el cielo nocturno que será
visible a simple vista. Su predicción de que dos estrellas de un sistema
binario se fusionarán muy pronto en una sola, dada a conocer
públicamente por vez primera en 2015, cuenta ahora con más indicios que
la respaldan, a juzgar por las conclusiones de un estudio reciente en el
que han profundizado sobre esta llamativa cuestión.
Esta malla muestra la forma del sistema
estelar binario de contacto KIC 9832227 cuando sus componentes son
vistos de lado. (Imagen: Larry Molnar, Calvin College)
La investigación es obra del equipo de Larry Molnar, del Calvin
College, Karen Kinemuchi, del Observatorio de Apache Point, y Henry
Kobulnicky, de la Universidad de Wyoming, todas estas instituciones en
Estados Unidos.
Si la predicción es correcta, hacia 2022, año más o año menos, ambas
estrellas, actualmente ya muy cerca entre sí, habrán acortado tanto su
distancia por la mutua atracción gravitatoria, y esta aumentará tanto
por la proximidad entre ambas, que colisionarán y se fusionarán en una
única y gran estrella. Cuando eso ocurra, se generará una explosión
espectacular, y la nueva estrella multiplicará su brillo por 10.000,
convirtiéndose en una de las más brillantes del firmamento durante algún
tiempo. La estrella será visible en la constelación del Cisne, y
añadirá una luminaria más al reconocible patrón estelar de la Cruz del
Norte.
De hecho, ambas estrellas están ya tan cerca la una de la otra que al principio se creía que eran una sola estrella. Fueron estos científicos quienes averiguaron varios años atrás que KIC 9832227 no es una estrella pulsante sino una pareja de estrellas muy próximas entre sí, hasta el punto de que sus capas más exteriores ya están comenzando a mezclarse.
NCYT
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