"De acuerdo con los cálculos, la nave
ya se ha desintegrado. Por lo menos, ni nuestros medios de control, ni
los estadounidenses lo ven", afirma una fuente de la industria espacial
rusa
El carguero Progress M-27M ha querido tener a todos en la Tierra pendientes de él hasta el último momento. "De acuerdo con los cálculos, la nave ya se ha desintegrado. Por lo menos, ni nuestros medios de control, ni los estadounidenses lo ven", afirma una fuente de la industria espacial rusa.
"La nave espacial Progress M-27M dejó de existir a las 5:04 pm hora de Moscú (02:04 GMT) del 08 de mayo. Su entrada en la atmósfera se ha producido sobre la parte central del océano Pacífico ", ha dicho la agencia espacial rusa Roscosmos en un comunicado.
Como ya adelantó la agencia, algunos restos podían caer sobre el
océano Índico y el norte de Madagascar. Antes estaba previsto que pasara
sobre París, después cerca de Cologne en Alemania y luego alrededor de
Cracovia, en Polonia.
La nave fue lanzada la pasada semana desde la base espacial de Baikonur, en Kazajstán, cargada con casi dos toneladas y media de provisiones destinadas a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Las naves Progress M, con unas dimensiones de 7,23 por 2,1 metros,
son vehículos de carga no tripulados y comenzaron a utilizarse a finales
de los años 70 para llevar suministros a los astronautas. Al parecer,
fue un fallo de comunicación con sus antenas lo que le dejó a la deriva y orbitando la Tierra sin control. Es la enésima joya cósmica rusa que Moscú ve esfumarse.
«Esperamos una reentrada descontrolada de la Progress M-27M en cualquier momento entre esta noche y mediodía de mañana», decía el jueves Holger Krag, jefe del Departamento de Residuos Espaciales de la Agencia Europea del Espacio.
A lo largo de esta semana los expertos han observado medio centenar
de piezas de desechos en las proximidades del vehículo de
reabastecimiento y la parte superior del cohete Soyuz. Pero Roskosmos ha
insistido durante toda la crisis en que «sólo unos pequeños trozos de elementos estructurales podría alcanzar la superficie del planeta».
Riesgo 'extremadamente pequeño'
Al respecto de este peligro, la Agencia Espacial Europea (ESA) recordaba que todos aceptamos riesgos mucho más altos en nuestra vida cotidiana,
como es la conducción de un coche o volar en aviones. «Para cualquier
persona en la tierra es extremadamente pequeño», decía la agencia
europea en su página web.
Es verdad que en seis décadas de vuelos espaciales, ninguna persona ha sido alcanzada por un trozo de satélite.
En todo caso, un experto ruso aseguraba ayer, sin dar su nombre, que
«en caso de verse afectado algún país, podrían reclamarse
indemnizaciones» por los daños causados.
Según Roskosmos, a pesar de que los suministros no hayan llegado a destino, la Estación Espacial tiene suficientes víveres y material técnico.
Eso sí, lo más probable es que la agencia espacial rusa adelante el
lanzamiento de la Progress M-28M, que ya está en el cosmódromo de
Baikonur. Podría llevarse a cabo como muy pronto en junio, pues se
requiere como mínimo un poco más de un mes para los preparativos de esta
nueva nave.
En el interior de la nave viajaban dos toneladas y media de agua,
oxígeno, combustible, material científico y víveres para los tripulantes
de la estación: los estadounidenses Terry Virts y Scott Kelly, los
rusos Anton Shkaplerov, Guennadi Padalka y Mijail Kornienko y la
italiana Samantha Cristoforetti. Este tipo de cargueros llevan
funcionando 37 años, pero la carrera espacial ha dado ya unos cuantos sobresaltos a los rusos.
En 2011, un carguero ruso con suministros para la Estación Espacial
Internacional se estrelló en Siberia poco después del despegue. Era el
primer accidente de este tipo de naves en más de 30 años.
Después vino el fracaso del lanzamiento de la estación Fobos-Grunt,
en noviembre de 2012: por un fallo quedó amarrada a la órbita terrestre
en lugar de seguir hacia Marte. El primer ministro, Dimitri Medvedev,
avisó de que rodarían cabezas al siguiente error.
Rusia también ha perdido el satélite de telecomunicaciones
Express-AM4, un satélite militar geodésico y otros tres que había
lanzado para completar su sistema de navegación GLONASS, la alternativa
rusa al GPS.
Con el fracaso de este lanzamiento, Rusia pierde dinero y algo de
moral para seguir pujando por el espacio en una situación de crisis y
enfrentamiento con Occidente. La Progress M-27M también transportaba a
bordo efectos personales para los astronautas y algo que dolerá todavía
más al Kremlin: una réplica de la bandera que soldados soviéticos izaron tras la toma de Berlín en mayo de 1945.
El sábado el presidente ruso, Vladimir Putin, celebrará por todo lo
alto el 70 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi y quería
que el eco triunfal se oyese incluso en el espacio.
ELMUNDO
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