Un análisis de una muestra de la atmósfera marciana, realizado en Marte por el robot Curiosity de la NASA, confirma que algunos de los meteoritos caídos en la Tierra provienen del Planeta Rojo.
Esta nueva y decisiva medición del argón, un gas inerte presente en la atmósfera marciana, aporta la evidencia más definitiva obtenida hasta la fecha del origen marciano de los citados meteoritos, y al mismo tiempo ofrece un modo de descartarlo para otros meteoritos que no provienen de ese mundo.
El nuevo análisis es una medición de alta precisión de dos formas de argón, concretamente los isótopos argón-36 y argón-38, el primero más ligero que el segundo, realizada gracias al instrumento SAM del laboratorio instalado a bordo del Curiosity.
Estos isótopos de argón existen de manera natural en nuestro sistema solar. En Marte, la proporción entre el argón-36 y el argón-38 es característica del planeta. Buena parte de la atmósfera original de Marte se perdió en el espacio. La forma ligera de argón registró una mayor tasa de fuga del planeta, debido a que por su ligereza tiende a subir hasta la capa alta de la atmósfera con mayor facilidad y requiere menos energía para escapar al espacio. Como resultado de esto, la atmósfera marciana está más enriquecida de lo "normal" con el isótopo pesado, el argón-38.
El hechizante paisaje de Marte, en una foto tomada por otro robot que aterrizó allí, el Spirit. (Imagen: NASA JPL)
Esta nueva y decisiva medición del argón, un gas inerte presente en la atmósfera marciana, aporta la evidencia más definitiva obtenida hasta la fecha del origen marciano de los citados meteoritos, y al mismo tiempo ofrece un modo de descartarlo para otros meteoritos que no provienen de ese mundo.
El nuevo análisis es una medición de alta precisión de dos formas de argón, concretamente los isótopos argón-36 y argón-38, el primero más ligero que el segundo, realizada gracias al instrumento SAM del laboratorio instalado a bordo del Curiosity.
Estos isótopos de argón existen de manera natural en nuestro sistema solar. En Marte, la proporción entre el argón-36 y el argón-38 es característica del planeta. Buena parte de la atmósfera original de Marte se perdió en el espacio. La forma ligera de argón registró una mayor tasa de fuga del planeta, debido a que por su ligereza tiende a subir hasta la capa alta de la atmósfera con mayor facilidad y requiere menos energía para escapar al espacio. Como resultado de esto, la atmósfera marciana está más enriquecida de lo "normal" con el isótopo pesado, el argón-38.
El hechizante paisaje de Marte, en una foto tomada por otro robot que aterrizó allí, el Spirit. (Imagen: NASA JPL)
Aunque el argón constituye solo una fracción minúscula del gas marciano escapado al espacio, es de gran utilidad para investigaciones como la culminada ahora, ya que es un gas noble, o sea inerte, que no reacciona con otros elementos o compuestos químicos. Gracias a ello constituye un indicador lo bastante fiable y directo de la historia de la atmósfera marciana.
NCYT
No hay comentarios