Una pareja de novios caminando entre una multitud tiene grandes problemas para no separarse. No tendrían ningún problema si fueran dos excitaciones cuánticas (como un par de fotones o de magnones) y la multitud fuera los átomos de un cristal que se comportase como un medio no lineal. Se publican dos artículos en Nature que lo demuestran de forma experimental. Fukuhara et al. han logrado propagar una pareja de magnones (las excitaciones cuánticas que propagan la energía en los imanes) y Firstenberg et al. una pareja de fotones; en ambos casos la interacción que liga los cuantos de la pareja es mediada por los átomos del medio. La pareja de cuantos se mueven al unísono y para controlar su movimiento basta con que una fuente externa actúe sobre uno de ellos, lo que tiene interesantes aplicaciones en el procesado cuántico de información y en su transferencia. Nos lo cuenta Sougato Bose, “Condensed-matter physics: Quantum togetherness,” Nature, AOP 25 Sep 2013, que se hace eco de los artículos técnicos Takeshi Fukuhara, Peter Schauß, Manuel Endres, Sebastian Hild, Marc Cheneau, Immanuel Bloch, Christian Gross, “Microscopic observation of magnon bound states and their dynamics,” Nature, AOP 25 Sep 2013, y Ofer Firstenberg, Thibault Peyronel, Qi-Yu Liang, Alexey V. Gorshkov, Mikhail D. Lukin, Vladan Vuletić, “Attractive photons in a quantum nonlinear médium,” Nature, AOP 25 Sep 2013.
Fukuhara y sus colegas usan una cadena lineal de átomos atrapados por láser y enfriados a muy baja temperatura para simular un material ferromagnético (un imán) en el que el espín de todos los átomos apunta en la misma dirección gracias a sus interacciones mutuas. Al invertir uno de los espines (algo demostrado en experimentos previos) se crea un paquete localizado de energía (un magnón, que se comporta como un fermión) que se propaga de forma libre por la cadena como si fuera un fotón en una guía de onda. Cuando se invierten dos espines, uno espera que los dos magnones se propaguen cada uno por separado de forma libre, ya que como son fermiones tienden a separarse. Sin embargo, la interacción mutua entre ellos es tan fuerte que hace que se peguen entre sí en un estado ligado (un resultado predicho por Hans Bethe). ¿Están entrelazados los dos magnones? Los autores creen que presentan cierto grado de entrelazamiento cuántico pero no han sido capaces de demostrarlo; serán necesarios futuros estudios.
Firstenberg y sus colegas han lanzado dos fotones de forma sucesiva a través de un gas de átomos de rubidio. La energía de los fotones se ajusta para que no excité ningún nivel energético de los átomos (lo que reduce la probabilidad de que sean absorbidos o dispersados). Mediante un láser apropiado se excita el gas de tal forma que los fotones se ven rodeados de una excitación en los átomos (estado de Rydberg); esta excitación se propaga por el gas como un paquete de ondas localizado. Las fuerzas de van der Waals deberían impedir que dos excitaciones de este tipo se acerquen demasiado. Excitar con un fotón un átomo a un estado de Rydberg impide que otro fotón excite a un átomo cercano. El resultado es una interacción entre ambos fotones que permite la formación de un par acoplado de fotones entrelazados en polarización, aunque el grado de entrelazamiento alcanzado es bajo para muchas aplicaciones de procesado de información cuántica (se espera que futuras investigaciones logren incrementar este grado de entrelazamiento).
En resumen, dos interesantes trabajos con potenciales aplicaciones en el procesado de información cuántica que demuestran que la física cuántica permite que sistemas físicos muy diferentes entre sí se comporten de forma análoga. El poeta diría que lo que une el “amor cuántico” no lo separa una multitud.
Francis (th)E mule Science's News
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