Varias erupciones solares de alta velocidad podrían ser las causantes de los últimos fallos registrados en dos satélites de comunicación, según han informado científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que están llevando a cabo una investigación para comprender mejor los trastornos que pueden sufrir estos aparatos ante una tormenta solar.
El Sol genera erupciones solares, eyecciones de masa coronal y otros fenómenos meteorológicos espaciales, que pueden enviar partículas altamente energizadas hacia la Tierra. Algunas tormentas solares han llegado a perturbar los sistemas de comunicaciones y satélites.
Por ello, los expertos han observado las 26 fallas halladas en ocho satélites geoestacionarios que opera la empresa Inmarsat. Estos satélites geoestacionarios orbitan a la misma velocidad que la rotación de la Tierra, lo que significa que siempre se encuentra sobre el mismo lugar del el planeta.
A través de esta investigación publicada en 'Space Weather', los científicos encontraron que la mayoría de los problemas técnicos que se produjeron entre 1996 y 2012 coincidieron con electrones de alta energía durante la actividad de descenso en las fases del ciclo solar. Los investigadores creen que estas partículas cargadas pueden haberse acumulado en los satélites a través del tiempo a pesar de blindaje de protección.
A su juicio, la acumulación causa una carga interna que daña los amplificadores de los satélites, que son necesarios para fortalecer y transmitir una señal de regreso a la Tierra. Además, advierten que este fenómeno se podría amplificar con los años, terminando con la 'vida' de algunos satélites.
"Si el aparato tiene una misión de 15 años, es posible que se quede sin amplificadores redundantes", ha apuntado una de las autoras, Whitney Lohmeyer, quien ha apuntado que, "si una empresa ha invertido más de 200 millones de dólares en un satélite, necesita ser capaz de asegurar que funcione para ese período de tiempo". "Realmente hay que mejorar la forma de cuantificar y comprender el entorno del espacio, para mejorar también el diseño", ha señalado.
El Sol genera erupciones solares, eyecciones de masa coronal y otros fenómenos meteorológicos espaciales, que pueden enviar partículas altamente energizadas hacia la Tierra. Algunas tormentas solares han llegado a perturbar los sistemas de comunicaciones y satélites.
Por ello, los expertos han observado las 26 fallas halladas en ocho satélites geoestacionarios que opera la empresa Inmarsat. Estos satélites geoestacionarios orbitan a la misma velocidad que la rotación de la Tierra, lo que significa que siempre se encuentra sobre el mismo lugar del el planeta.
A través de esta investigación publicada en 'Space Weather', los científicos encontraron que la mayoría de los problemas técnicos que se produjeron entre 1996 y 2012 coincidieron con electrones de alta energía durante la actividad de descenso en las fases del ciclo solar. Los investigadores creen que estas partículas cargadas pueden haberse acumulado en los satélites a través del tiempo a pesar de blindaje de protección.
A su juicio, la acumulación causa una carga interna que daña los amplificadores de los satélites, que son necesarios para fortalecer y transmitir una señal de regreso a la Tierra. Además, advierten que este fenómeno se podría amplificar con los años, terminando con la 'vida' de algunos satélites.
"Si el aparato tiene una misión de 15 años, es posible que se quede sin amplificadores redundantes", ha apuntado una de las autoras, Whitney Lohmeyer, quien ha apuntado que, "si una empresa ha invertido más de 200 millones de dólares en un satélite, necesita ser capaz de asegurar que funcione para ese período de tiempo". "Realmente hay que mejorar la forma de cuantificar y comprender el entorno del espacio, para mejorar también el diseño", ha señalado.
europapress
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