España ha concedido el Premio Príncipe de Asturias a la Sociedad Max Planck para el Avance de las Ciencias. La sociedad lleva el nombre de algo más que un amigo para Albert Einstein, quien se basó en algunos de sus postulados para formular la teoría de la Relatividad.
Pocos tomaron en serio a Planck en 1900, hasta que el jovencísimo Einstein, en 1905, dio una explicación profunda de por qué la interacción luz-materia se realiza en saltos o 'paquetes' de energía.
La sociedad humana necesita, con mucha más frecuencia de la que ocurre, que mentes atrevidas lancen propuestas nuevas que limpien las telarañas mentales en que nos metemos durante siglos.
Einstein fue una de esas mentes atrevidas que consiguió saltar por encima de conceptos absurdos que bloqueaban durante siglos el avance intelectual humano. Uno de esos conceptos era el del 'éter': Una sustancia inmensamente rígida, e inmensamente sutil al mismo tiempo. Una imposibilidad.
Al eliminarlos la sociedad dio pasos de gigante, en particular la física avanzó en 100 años lo que no había hecho en 300.
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