- Toneladas de plasma ardiente lanzadas al espacio caen de nuevo sobre la superficie del Sol, un fenómeno que puede ayudar a entender cómo crecen las estrellas
El 7 de junio de 2011, el Sol entró en erupción, lanzando toneladas de plasma caliente al espacio. Parte de ese plasma, en vez de seguir su camino a toda velocidad, cayó de nuevo sobre la superficie del Sol, provocando destellos brillantes de luz ultravioleta. Los investigadores creen que este violento fenómeno puede proporcionar nuevos conocimientos sobre cómo las estrellas jóvenes crecen absorbiendo el gas que está alrededor.
La erupción y el posterior «amerizaje» fueron captados con un detalle espectacular por el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA. Esta nave espacial observa el Sol las 24 horas del día y proporciona imágenes con una resolución mejor que el HD. «Estamos recibiendo hermosas observaciones del Sol. Y tenemos una resolución tan alta que podemos ver cosas que no eran evidentes antes», afirma Paola Testa, astrónoma del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica (CfA).
La erupción y el posterior «amerizaje» fueron captados con un detalle espectacular por el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA. Esta nave espacial observa el Sol las 24 horas del día y proporciona imágenes con una resolución mejor que el HD. «Estamos recibiendo hermosas observaciones del Sol. Y tenemos una resolución tan alta que podemos ver cosas que no eran evidentes antes», afirma Paola Testa, astrónoma del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica (CfA).
Las imágenes de la erupción del 7 de junio muestran filamentos oscuros del chorro de gas que salen disparadas desde la parte inferior derecha del Sol. Aunque el plasma solar aparece oscuro contra la superficie brillante del Sol, realmente brilla a una temperatura de alrededor de 18.000 grados Fahrenheit. Cuando las burbujas de plasma golpean la superficie del Sol de nuevo, se calientan por un factor de 100 a una temperatura de casi 2 millones de grados F. Como resultado, esos puntos se vuelven hasta cinco veces más brillantes en el ultravioleta en solo unos pocos minutos.
Material del que se alimentan
La liberación de energía se debe a que los chorros que caen viajan a altas velocidades, hasta 400 km por segundo. Esas velocidades son similares a las alcanzadas por el material que cae en las estrellas jóvenes a medida que crecen a través de la acreción. Por lo tanto, las observaciones de esta erupción solar proporcionan una visión «cercana» de lo que ocurre en las estrellas distantes.
Estas nuevas observaciones, junto con modelos computacionales, han ayudado a resolver una década de discusiones sobre la forma de medir las tasas de acumulación de las estrellas en crecimiento. Los astrónomos calculan la velocidad a la que una estrella joven reúne material mediante la observación de su brillo en diferentes longitudes de onda de la luz, y la forma en que ese brillo cambia con el tiempo. Han obtenido estimaciones más altas de la luz óptica y ultravioleta que de los rayos-X.
El equipo descubrió que los destellos ultravioletas que observaban vinieron del propio material que cae, no de la atmósfera solar circundante. Si lo mismo ocurre en las lejanas estrellas jóvenes los científicos pueden aprender sobre el material del que están alimentándose.
ABC.es
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