- La nave TESS está diseñada para buscar por todo el cielo prometedores planetas que puedan ser similares al nuestro
TESS será el sucesor del telescopio espacial Kepler, que ha descubierto más de 100 exoplanetas confirmados y miles de candidatos desde su lanzamiento. Kepler se ha fijado en único parche del cielo, buscando mundos en tránsito (mundos que se descubren cuando pasan por delante de su estrella y provocan una diminución de la luz). Según los cálculos de los científicos obtenidos por los datos de Kepler, un planeta como el nuestro puede existir a solo 6,5 años luz de distancia.
La nueva nave, diseñada por el Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial, también buscará planetas en tránsito, pero va a utilizar una serie de cámaras de campo amplio para explorar alrededor de dos millones de las estrellas más cercanas de nuestro vecindario galáctico. Explorará un área del cielo 400 veces más grande que cualquier otra misión previa y será capaz de estudiar la luz de diferentes tipos de estrellas. No solo las que son similares al Sol, sino también las de clase M, que son más pequeñas y frías y mucho más abundantes en la galaxia.
En la zona habitable
Uno de los objetivos de la misión será encontrar exoplanetas del tamaño de la Tierra en lo que se denomina zona habitable, la región alrededor de una estrella donde puede existir agua líquida. Los responsables de TESS confían en que la sonda encuentre hasta 1.000 exoplanetas en sus primeros dos años de búsqueda. Cuando un exoplaneta cercano haya sido identificado, el futuro telescopio espacial James Webb, el mejor que se haya construido jamás, será capaz de analizar su atmósfera en busca de indicios de vida. George Ricker, investigador de TESS, cree que los resultados que se obtengan serán mucho más concluyentes para los científicos.
«TESS será capaz de detectar cambios increíblemente pequeños en la intensidad de la luz de una estrella cuando un planeta del tamaño de la Tierra pase por delante», dice Ricker. «El tránsito de la Tierra por delante del Sol, visto desde el exterior del Sistema Solar, causaría una disminución en la luz del Sol de 85 partes por millón. TESS está diseñado para detectar una disminución de la intensidad de la luz todavía menor, de aproximadamente 40 partes por millón».
ELMUNDO.es
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