El descubrimiento de un planeta y los análisis iniciales de algunas de sus características lo convierten en uno de los más inusuales conocidos.
Ilustración de la órbita de Kepler-432b (la interna, en rojo) en
comparación con la de Mercurio alrededor del Sol (la externa, de color
naranja). El punto rojo en el medio indica la posición de la estrella en
torno a la que gira el planeta. El tamaño de la estrella se muestra a
escala, mientras que el tamaño del planeta ha sido aumentado diez veces
para que se le pueda ver mejor. (Gráfico: Sabine Reffert)
El trabajo lo han realizado de manera independiente dos grupos de investigación en Alemania, uno encabezado por Mauricio Ortiz del Centro de Astronomía de la Universidad de Heidelberg, y el otro por Simona Ciceri del Instituto Max Planck de Astronomía. Ambos grupos de investigadores utilizaron el telescopio de 2,2 metros de diámetro en el Observatorio de Calar Alto, en Andalucía, España, para obtener los datos. Uno de los grupos observó también al planeta con el Telescopio Óptico Nórdico en La Palma (Islas Canarias, España).
El cuerpo celeste, llamado Kepler-432b, es uno de los planetas más densos descubiertos hasta la fecha. Tiene seis veces la masa de Júpiter, pero aproximadamente el mismo tamaño, lo que lo hace inusualmente denso. La forma y el tamaño de su órbita son también poco habituales para un planeta como Kepler-432b, que está girando alrededor de una estrella gigante.
La mayoría de los planetas conocidos que se mueven en torno a estrellas gigantes tienen órbitas amplias y circulares. Con su pequeña y muy alargada órbita, Kepler-432b es una rareza entre los planetas de su tipo.
La estrella alrededor de la cual Kepler-432b está orbitando se halla en su fase de gigante roja, la cual marca el inicio de la vejez de estrellas como ella y el Sol. En dicha fase, la estrella adquiere una tonalidad rojiza, se hincha gradualmente, y durante esa expansión puede tragarse a planetas que estén lo bastante cerca. Cuando le ocurra al Sol, se tragará a Mercurio, a Venus, y quizá incluso a la Tierra. En el caso de la estrella en torno a la que gira el planeta Kepler-432b, su radio es ya cuatro veces el de nuestro Sol y se hará incluso más grande en el futuro. En menos de 200 millones de años, Kepler-432b será tragado por su estrella.
En algunas ocasiones, la órbita de Kepler-432b le acerca muchísimo a su estrella, mientras que en otras la deja a una distancia notablemente mayor, lo que crea diferencias de temperatura enormes en el transcurso del año del planeta, que dura el mismo tiempo que 52 días terrestres. Durante el fugaz invierno, la temperatura en Kepler-432b alcanza más o menos los 500 grados centígrados. En el verano también breve, puede alcanzar casi los 1.000 grados centígrados.
Kepler-432b es uno de un total de cinco planetas conocidos que orbitan estrellas gigantes rojas a una distancia bastante corta. Anteriormente, se había pensado que tales planetas serían tragados por sus respectivas estrellas de forma bastante rápida; el nuevo descubrimiento indica que pueden sobrevivir más tiempo de lo que se creía antes.
NCYT
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